La policía allanó el hotel de Gualeguaychú donde se alojaba Pablo Laurta, el hombre acusado de asesinar a su expareja, Luna Giardina, y a la madre de ella, Mariel Zamudio, además de secuestrar a su hijo de 5 años. En el lugar, las autoridades encontraron una pistola Bersa calibre 380 dentro de una mochila, junto a un fajo considerable de dólares y cinco teléfonos celulares.
Investigadores informaron que también hallaron chips sueltos, una computadora y un cuaderno en la habitación del Hotel Berlín, donde Laurta pasó la noche con su hijo. Luego, el personal secuestró todos los elementos y los trasladó en un auto particular para su análisis.
El allanamiento se produjo mientras salía a la luz un dato clave sobre el perfil del acusado: Laurta fue uno de los principales impulsores de “Varones Unidos”. Este colectivo uruguayo se dedica a difundir desde hace años discursos antifeministas, victimiza a los hombres denunciados por violencia y desacredita a las mujeres que recurren a la Justicia.
La organización nació como un espacio digital que busca “incorporar la perspectiva masculina en el debate de género”, tiene presencia en redes como Facebook e Instagram, y cuenta con seguidores en toda la región. El grupo sostiene que un “sistema feminista” discrimina a los varones en temas como tenencia de hijos y derechos parentales, negando desigualdades estructurales.
El colectivo “Varones Unidos” invierte los roles de víctima y agresor. Acusa a las mujeres denunciantes de ser “psicópatas” o “manipuladoras” y califica las denuncias por violencia como “falsas” o “instrumentales”.
Laurta usó activamente las plataformas del colectivo para instalar su versión del conflicto con Luna Giardina. En sus posteos, acusaba a su expareja de “secuestro parental”, de manipular a la Justicia y de obstaculizar su vínculo con el hijo. Al mismo tiempo, publicaba fotos del niño y textos donde se mostraba como víctima, mientras negaba los episodios de violencia que ella había denunciado tanto en Uruguay como en Argentina. La difusión que hizo “Varones Unidos” de estos mensajes amplificó su caso como un ejemplo de supuesta “discriminación contra los hombres”.
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