
Lo que ocurrió este jueves en Quilmes rozó lo insólito. Apenas 24 horas después de haber presentado su renuncia como director técnico, Aldo Pedro Duscher se presentó en el entrenamiento del Cervecero como si nada hubiese pasado y con la intención de seguir al frente del equipo.
Duscher, que había dejado el cargo tras apenas siete partidos, llegó al predio y le pidió la indumentaria del club a los utileros. Sin embargo, la práctica ya estaba siendo conducida por una dupla interina. La situación llegó rápidamente a oídos del presidente de la institución, Mateo Magadán, quien se acercó al lugar.
El encuentro entre el dirigente y el exentrenador subió de tono: hubo una fuerte discusión y, según testigos, estuvieron cerca de pasar a los golpes, aunque fueron separados. Duscher argumentó que el plantel lo respaldaba y que contaba con fuerzas para continuar. Magadán lo negó y propuso una definición inmediata.
La resolución fue, cuanto menos, particular: se sometió la continuidad del técnico a una votación entre los jugadores. Pasaron de a dos por vez y dejaron su decisión escrita en un papel. El resultado final arrojó mayoría de votos negativos, ratificando la salida de Duscher y poniendo fin al breve, pero intenso, ciclo del exentrenador de la Sub 20 de Paraguay.
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