Apenas pasada la medianoche del último jueves se había denunciado el hallazgo del cuerpo sin vida de un adolescente de 15 años en Estanislao del Campo al 5000 en la zona sur de la ciudad. Tenía siete disparos y en el bolsillo de su pantalón habían quedado dos pequeños carteles hechos con lápiz: “MENOR TIRA TIROS” decía uno, “ENTRE ESTEBAN DE LUCAS Y OLEGARIO. PIANOS 5050” era la otra leyenda. Esa misma noche, la víctima fue trasladada al Instituto Médico Legal para la realización de la autopsia y posterior identificación. Y este lunes llegó el dato con el nombre: se trataba de Zacarías Sharif Azum, que había sido acusado por un crimen hace pocos meses y había quedado en libertad por ser menor de 16; además era hijo y sobrino de dos imputados en una causa judicial por narcotráfico y lavado de dinero. La fiscal que intervino en el caso fue Marisol Fabbro, de la Unidad de Homicidios Dolosos.
El chico venía de ser imputado en abril pasado, cuando con 14 años mató a una vecina suya de 25. La investigación de aquel caso estuvo a cargo del fiscal Adrián Spelta, que en su momento reflexionó sobre el hecho de que el delito no fuera punible. Tras aquel asesinato, Sharif quedó bajo resguardo de la Dirección de Niñez. “El Estado debería haber actuado antes de que esto suceda”, dijo entonces Spelta.
Como se dijo, los familiares de Sharif ya figuran en expedientes de la justicia provincial y nacional: Alejandro, padre del chico que apareció acribillado en zona sur, fue imputado por los fiscales Viviana O’Conell y Alejandro Ferlazzo en septiembre de 2021. En la acusación, se mencionó el financiamiento de kioscos de drogas y maniobras de lavado mediante flotas de taxis, compra de propiedades. Aquella causa se cruzó con pesquisas que venía haciendo la justicia federal que derivaron en allanamientos en una sucursal del Banco Francés en Fisherton y en el Club Echesortu, buscando mesas de dinero. A la orden para esos operativos la dio el juez Carlos Vera Barros.
El padre de Sharif era Alejandro Azum y el tío era Yalil, ambos implicados en esa banda que imputó la justicia provincial en septiembre. La madre del chico asesinado era Jesica González, pareja de Claudio “Morocho” Mansilla, uno de los protagonistas de la célebre fuga de la cárcel de Piñero a mediados del año pasado. La mujer está presa por venta de drogas en Capitán Bermúdez, es apodada la “Fea” y está vinculada a la banda de René Ungaro.
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