Este viernes, en la sala 9 del Centro de Justicia Penal, empezó otro juicio que tiene como protagonistas a las dos bandas que hace al menos una década aparecen en las investigaciones vinculadas a la disputa del territorio para la venta de drogas en Rosario, que generaron una gran cantidad de delitos violentos. Así lo expresó el fiscal Matías Edery, que junto a su colega Luis Schiappa Pietra están a cargo de la acusación: “Este es un capítulo más de la disputa entre Los Monos y Alvarado”, planteó en su alegato de apertura.
El juicio determinará la suerte que corran Jonatan Brezik y Rodrigo Benítez, acusados de planificar y ejecutar el homicidio de Rodrigo Sánchez, que integraba la banda de Alvarado y era para los fiscales mano derecha del presunto líder narco preso en Ezeiza.
Según la explicación que dieron los fiscales en la apertura del juicio, el crimen de Sánchez fue la vendetta que Los Monos concretaron contra la banda rival. Una semana antes del hecho, la víctima había sido uno de los autores del atentado con Mariana Ortigala, que había presentado pruebas contra Esteban Alvarado en sede judicial. La evidencia con la que cuenta el MPA apunta a que Sánchez -ejecutado un mediodía en un semáforo cuando estaba a bordo de su Hilux- era parte de una lista de cuatro personas, de las que tres están muertas.
En su alegato inicial, Edery planteó que este hecho de venganza era comparable a lo que sucedió en Rosario tras el homicidio en 2013. De acuerdo a la teoría del caso que presentaron los fiscales, Ortigala había sido miembro de la banda de Alvarado y tras declarar en su contra buscó protección “acercándose a la banda de Cantero para permanecer con vida”.
El fiscal acusó a Brezik, hermano de crianza de Guille Cantero, de haberse ocupado de conseguir el vehículo que se utilizó en el asesinato de Sánchez, un Renault Logan que que fue robado por Héctor Brezik ya que había sido encargado por su hermano.
Por este hecho Héctor Brezik ya fue condenado a cinco años y cuatro meses de prisión, ya que se le sumó al robo calificado la participación secundaria en el homicidio de Sánchez.
Por otro lado, Edery acusó a Benítez de ser uno de los coautores materiales del homicidio sucedido el 19 de marzo del 2020 al mediodía en la esquina de San Lorenzo y Wilde. Allí, cerca de las 13 los atacantes interceptaron la Toyota Hilux en la que viajaba Sánchez y lo acribillaron a balazos con dos pistolas calibres 45 y 9 mm.
Luego de matarlo, los autores del homicidio se dieron a la fuga y abandonaron la camioneta en Magaldi y Ezeiza para subirse a otro auto para así evitar ser rastreados.
Debido a esto, Benítez enfrenta una condena a 25 años de prisión como autor de homicidio agravado por uso de arma de fuego y portación de arma de guerra mientras que la pena solicitada contra Brezik es de 22 años de prisión como autor de robo y homicidio agravados, ambos en calidad de instigador.
Por parte de las defensas, la abogada de Benítez alegó que no hay pruebas suficientes para condenarlo y solicitó al tribunal su absolución, mientras que la defensa de Brezik alegó que si bien participó en el robo del auto, no sabía con que fin sería utilizado. A su entender, la razón por la cual lo vincularon a la causa es la relación que lo une desde hace años con Cantero, motivo por el que su participación en el homicidio no va a poder probarse.
El juicio continuará la próxima semana, con la declaración de testigos clave y la presentación de audios que revelan cómo se encargó el crimen. Los fiscales Edery y Schiappa Pietra, de la Agencia de Criminalidad Organizada, en 2022 fueron los responsables de llevar adelante el juicio contra Alvarado que terminó en una condena de prisión perpetua para el presunto líder narco. Y en este caso, la acusación es contra la banda contraria.
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