Los ochos participantes que ya habían sido eliminados de las cocinas de MasterChef se reencontraron este domingo en lo que fue el repechaje para volver a ingresar al certamen. Todos los cocineros fueron recibidos por cajas misteriosas, que escondían los ingredientes con los que habían cocinado el día que fueron eliminados del programa.
De esta manera, y luego de tres minutos en el mercado, todos comenzaron a hacer preparaciones con los elementos con los que habían fracasado. La gran mayoría optó por realizar pastas, aunque no todos tuvieron un resultado convincente y solamente 2 pudieron acceder nuevamente al balcón.
El primer delantal blanco de la noche fue para Antonio, el joven salteño que es uno de los más queridos por el público. El cocinero se ganó su lugar tras hacer un gran plato con pulpo, mientras que la segunda en subir fue Estefanía, que sorprendió al jurado con una ensalada “desordenada”.
Pero la gala no se terminó ahí: en un último giro de la noche, los jurados abrieron un último puesto de repechaje para que los cocineros todavía en carrera, que invadieron el estudio a los gritos, voten a uno de sus compañeros y le den su delantal blanco. En una votación muy jugada, el último elegido fue Nacho.
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