En la tarde del jueves, poco antes de las 18 hs., se produjo una balacera en barrio Ludueña contra la vivienda de una mujer policía que había sido condenada por filtrar información a Los Monos. El hecho ocurrió en Liniers al 500 bis, donde se secuestraron dos vainas servidas. La víctima es Analía Lorena Francia, que el mes pasado había firmado un juicio abreviado que determinó para ella tres años de prisión condicional y diez de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Tras una investigación que llevó adelante el fiscal Pablo Socca, se determinó que ella era parte de una banda mixta que actúa en la zona oeste de Rosario, vinculada a Los Monos, a la que se le imputan extorsiones, homicidios y venta de droga.
La mujer policía había prestado servicios en la Comisaría del barrio Ludueña, la seccional 12. Y había quedado detenida tras un allanamiento el 1° de marzo en un departamento céntrico, en Mendoza al 600 por integrar una célula de Los Monos liderada por varios jóvenes desde la prisión, que disputa el territorio con grupos ligados a Esteban Alvarado. De acuerdo a la evidencia que reunió el fiscal Socca, Analía Francia filtraba datos a la banda cuando se enteraba de que habría allanamientos contra ellos. Kevin Frachia, su hijo y también imputado, actuaba como uno de los mensajeros. En otras ocasiones, ella transmitía personalmente las indicaciones.
En varias escuchas del MPA, aparecía Kevin -gatillero y vendedor de drogas del grupo- y se hablaba sobre su mamá como de la que “vive en calle Liniers y es policía”. Sobre la mujer, los integrantes de la organización decían que era quien les avisaba de los operativos policiales antes de su realización. Por eso a Francia cuando admitió su culpabilidad en un juicio abreviado se le adjudicó encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Según la imputación de Socca, la célula de Los Monos de barrio Ludueña también era integrada por menores de edad: Kevin A., de 14 años, alias “Yerba”; Thiago A., alias “Wanda”, también de 14 años y Mateo T, de 17 años, aparecen nombrados en la causa. Para el fiscal, el fundador de la organización fue Matías Nicolás César y habría empezado a reunir a la banda en septiembre de 2021, desde la cárcel de Piñero. Al menos desde aquel momento César conformó una alianza, “encargando la organización y gerenciamiento extramuros de la banda a otros internos de su mismo pabellón: Andy Benítez Benítez y Julián Aguirre, que por ser residentes de Barrio Ludueña fueron seleccionados especialmente para reclutar de dicha zona personas
de su confianza que -en libertad- pudieran poner en funcionamiento y llevar adelante todas las actividades ilícitas objeto de esta organización”, indicó el documento judicial.
En conversaciones por Whatsapp de agosto del año pasado, uno de los sicarios del grupo le dice a Jonatan Almada: “Quiero hablar urgente con vos. Está todo podrido. Amigo, me llamó la mamá de K (por Kevin). Le dijeron que sos el último eslabón que agarran y caen todos. Cuidate, hermano. El gil de Fabio Giménez se ve que batió la cana, algo así me dijo. La preguntaron si te conocía y ella dijo que no, por eso me llamó para que te avise que te iban a poner captura, hermano”. Giménez también está preso, por homicidios y extorsiones.
Aquel diálogo se dio tres días de un megaoperativo en Ludueña y Empalme Graneros, coordinado con la justicia federal. La mujer policía quería evitar la detención de Almada, uno de los líderes de la facción de Los Monos. “Me dijo del tema del allanamiento, que saque todo de la casa y de acá también”, dice el sicario en la misma conversación.
En uno de esos allanamientos de agosto del año pasado, se encontró un cuaderno con anotaciones de lo que se recaudaba en los búnkeres de Ludueña. Estaba guardado en el domicilio de un policía retirado, que también era parte de la organización. Ahí aparecía, entre otros, Kevin Frachia, de quien también consta en la causa que participó de un tiroteo contra efectivos de Gendarmería.
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