Daiana Becerra, de 30 años, murió acribillada en la noche del domingo en Rueda al 3900, en el barrio San Francisquito de Rosario. El parte policial que se conoció muy temprano este lunes e informó del homicidio, señalaba también que la víctima no vivía en ese lugar, sino en Gandhi al 7000, a unas cuarenta cuadras del crimen. Hasta allí fue RedBoing para buscar algún testimonio y se pudo saber que en esa cuadra del barrio Industrial muchos la conocían. “Tenía tres hijos, la más grande de 12 o 13 años. Venía siempre a comprar, la última vez ayer a la mañana. Vïvía acá al lado”, dijo con sopresa su vecino almacenero. Sus familiares también hablaron, pero pidieron reserva de sus nombres. Y revelaron un dato inquietante: la mujer fue asesinada delante de su hija adolescente.
De acuerdo a lo dicho por esta misma voz, Becerra pidió un remise a su casa en calle Ghandi “porque tenía que llevar una carta”. En su entorno familiar, se desconocían los detalles de esa encomienda. Pero sí dijeron que en el viaje estuvo acompañada por su hija. El vehículo fue para la zona sudoeste y no hay todavía precisiones sobre cuál era el destino final. “Lo que sabemos es que se subió un hombre a mitad de camino y que al llegar a Rueda ahí al 3900, la bajó a Daiana para matarla. Cuando el remisero vio la situación, asustado, trajo de nuevo a la nena para acá”, dijeron familiares a RedBoing.
Siempre según esta versión, todavía no acreditada por la fiscal Gisela Paolicelli que lleva el caso, el asesino se fue caminando. Mientras tanto allí en calle Rueda, cerca del lugar donde la mujer fue asesinada, funcionaría un punto de venta de drogas. Esto último fue aportado por vecinos de la zona. El homicidio de Becerra es el 154 en lo que va del año en el Departamento Rosario.
En abril pasado, la misma Daiana había sido testigo de la muerte de su pareja, Jorge Damián “Porteño” Camargo. A él lo habían ejecutado cuando arreglaba una bicicleta en la vereda. Y luego, mientras se desangraba allí, fallecería en los brazos de su novia. Fuentes con acceso a la investigación de aquel crimen indicaron que ambos habrían estado vinculados a la venta de drogas y en relación con Leandro “Gordo” Vilches, líder de una facción de Los Monos desde la cárcel de Rawson.
El mismo Camargo había sobrevivido en diciembre pasado a un ataque sicario en diciembre pasado, en Provincias Unidas y Juan José Paso, después del cual permaneció internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez. El segundo ataque, meses más tarde, terminó con su vida. Y ahora con la de su mujer, con el dramático detalle de la presencia de su hija en la escena del crimen.
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