Conocido como el Santo Patrono de los músicos argentinos, este jueves se cumplen 116 años del nacimiento de Osvaldo Pugliese. El músico, a quien se le adjudicó la capacidad de repeler la “mufa” de los artistas, sembró en la cultura argentina una semilla inmortal.
Osvaldo Pugliese nació un 2 de diciembre de 1905, en el barrio porteño de Villa Crespo. Fue hijo de una familia de músicos. Su padre tocaba la flauta, le regaló un violín y lo inscribió en el Conservatorio Odeón. Fue y sigue siendo uno de los grandes referentes del tango.
Fue intérprete de un tango popular que se bailaba en milongas. Su capacidad “anti mufa” llevó a los músicos a descartar el “merde, merde, merde”, para obtener suerte en una presentación para decir “Pugliese, Pugliese, Pugliese”. Antes de grabar un disco, comenzar un show o incluso previo a iniciar su día, los artistas invocan a Don Osvaldo, el su santo protector.
“Protégenos de todo aquel que no escucha. Ampáranos de la mufa de los que insisten con la patita de pollo nacional. Ayúdanos a entrar en la armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa. Llévanos con tu misterio hacia una pasión que no parta los huesos y no nos deje en silencio mirando un bandoneón sobre una silla”, reza la estampita de San Pugliese.
Se dice que durante un recital de Charly García, se desencadenó una serie de situaciones y problemas técnicos que retrasaron el comienzo del espectáculo. El sonido no funcionaba bien, hasta que alguien del equipo intentó hacer una prueba con un disco del Maestro Pugliese. Mágicamente, o desde el más allá, todo comenzó a mejorar y Charly dio su show.
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