
Este 19 de noviembre se cumplen 30 años del estreno de Toy Story, la primera película animada completamente por computadora y una obra que cambió para siempre la historia del cine. Estrenada originalmente en noviembre de 1995, producida por Pixar y dirigida por John Lasseter, no solo inauguró una nueva era tecnológica, sino que también dejó personajes inolvidables, un impacto cultural enorme y una franquicia que sigue vigente tres décadas después.
Antes de su estreno, la animación digital era apenas un experimento y la idea surgió después del cortometraje animado Tin Toy, el cual ganó un Oscar en 1988. Al ser la primer película animada por computadora, en 1995 el equipo utilizado tenía menos capacidad que un celular inteligente actual: cada cuadro tardaba entre 4 y 13 horas en renderizarse.
La película demostró que podía sostener una narrativa compleja, emotiva y divertida con el mismo impacto que la animación tradicional. Con Woody, Buzz Lightyear y el resto de los juguetes de Andy, Pixar logró conquistar al público de todas las edades y establecer un estándar visual que influenció a toda la industria.
Joss Whedon participó en el guión y escribió varias de las frases más recordadas. Entre otros datos curiosos, destacan que el nombre de Buzz Lightyear estuvo inspirado en Buzz Aldrin -el segundo hombre en pisar la luna-, y que Woody en la idea original era un muñeco ventrílocuo.
Su éxito marcó el nacimiento de Pixar como estudio cinematográfico y cambió para siempre la animación. Con un presupuesto de 30 millones de dólares, recaudó más de 390 millones en todo el mundo, siendo la película más taquillera del año en Estados Unidos. Además, fue nominada al Oscar a Mejor Guión Original y Lasseter recibió un premio especial de la Academia por la innovación técnica.
Toy Story no solo es una película histórica: es un símbolo de innovación, imaginación y emoción. Una obra que enseñó que los juguetes pueden tener alma, que la amistad puede cambiar destinos y que el cine de animación no tiene límites.
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