
La justicia admitió la imputación penal para Pablo Ibañez, sindicado como uno de los autores del homicidio de Lucas Cicarelli, el hombre que murió el mes pasado al resistirse a un robo en la costa central de Rosario. Desde el inicio de la causa, lo que está en discusión es si el presunto homicida es consciente de sus actos: en los doce meses previos al hecho que se investiga había entrado 12 veces al sistema penal, con varios ingresos a la Colonia Psiquiátrica de Oliveros.
Para sus abogados, del Sistema Público de la Defensa, no era consciente de la gravedad de sus actos y ahora debía a una institución psiquiátrica, pero no a la cárcel adonde finalmente quedará alojado junto al otro presunto autor del homicidio.
Lucas trabajaba como mozo en el Club Alemán, en pleno centro de Rosario. Su novia era una de sus compañeras de trabajo. Según lo que contaron los padres de la víctima, en la madrugada del domingo 19 de octubre y al terminar el turno de ambos, la pareja decidió ir hasta la zona cercana a Río Mío a comer unas galletitas. Allí, cuando estaban sentados del otro lado de la baranda, fueron sorprendidos por una pareja de ladrones que los intentó asaltar a punta de pistola. Al querer resistir el robo, Cicarellí habría sido empujado al río.
Cinco minutos más tarde -llamado al 911 mediante- los agentes de policía estaban en el lugar: allí encontraron escondido detrás de un árbol a uno de los ladrones, con las pertenencias de la novia de Lucas y quedó preso. Este lunes, la policía detuvo al otro sospechoso. Los padres de Cicarelli le contaron a Red Boing que son de Gran Buenos Aires y que hace cuatro años se instalaron acá. El joven que falleció tenía tres hijos.
El doctor Marcos Cella, abogado de la familia de Cicarelli y a cargo de la querella, había señalado en la previa de la audiencia que se hizo este jueves ante el juez Fernando Sosa que estaban claras “la conciencia y lucidez de Ibáñez en la previa y durante el crimen: había protagonizado un intento de robo previo a la encargada del Bodegón del Club Alemán, con lo cual podía reconocer a su víctima el día del hecho. Además, al abordar a Lucas y su novia había exhibido un arma, pero después al escapar había tirado la billetera y cuando fue detenido fingió una identidad que no era la suya”.
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