
El primer análisis a la hora de leer los resultados electorales de “Fuerza Patria” en la provincia de Santa Fe no puede obviar un dato insoslayable: detrás de Caren Tepp, la referente de Ciudad Futura que hasta ahora no había sido candidata en una elección nacional, estaba Agustín “Chivo” Rossi. Se trata de un dirigente muy vinculado a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la cara más reconocible de cada una de las derrotas que sufrió el peronismo en los últimos veinte años. De hecho, la última vez que ganó una elección fue en 2005. Y de ahí para acá, perdió diez veces seguidas.
Hace veinte años, con un Néstor Kirchner recién llegado a la Casa Rosada y empezando a armar un bloque propio de poder, Rossi aparecía como una cara nueva para un peronismo que buscaba modernizarse. Después de haber sido concejal en Rosario, llegaba a la Cámara de Diputados de la Nación. El 2008 estaba a la vuelta de la esquina y ese conflicto con el campo por las retenciones lo tendría al “Chivo” en un lugar central, bancando la política kirchnerista.
De ahí en más, cada vez que intentó llegar a diferentes cargos como candidato, siempre perdió: quiso ser gobernador, quiso ser vicepresidente y encabezó listas, siempre con el signo de la derrota como sello. Lo que en la calle se le dice “piantavotos”. Por eso, cuando en el acuerdo de Ciudad Futura con los diferentes espacios del peronismo para armar Fuerza Patria apareció Rossi en la lista para diputados nacionales, varios analistas anticiparon lo que finalmente pasó: un espacio político que había ganado las elecciones provinciales de la mano de Juan Monteverde terminó saliendo en segundo lugar, con el “Chivo” en las boletas.
Rossi fue ministro de Defensa, Jefe de Gabinete y referente histórico del kirchnerismo santafesino. Para el imaginario popular, su nombre quedó asociado al robo de municiones en la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán. Como antes le había pasado con el debate por las retenciones, su figura queda siempre en un lugar controvertido y de poca empatía con la mayoría de la población, que -está claro con los resultados de ayer- hace tiempo decidió darle la espalda.
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