El médico cardiólogo Gonzalo Beristain dialogó con el programa Antes de Todo de Radio Boing 97.3 sobre la noticia que impactó en el mundo del fútbol: un jugador brasileño fue hospitalizado de urgencia tras sufrir una alteración cardíaca durante los exámenes de pretemporada.
Beristain explicó que, si bien la repercusión de estos casos se multiplica por los medios, “estadísticamente las complicaciones no han aumentado”. Lo que sí creció es la medicina preventiva. “Hoy hay muchísima mayor cantidad de controles de los deportistas, tanto profesionales como amateur, y esto permite captar mayor cantidad de casos que antes probablemente estaban ocultos”, afirmó el cardiólogo.
El especialista destacó el avance de la medicina preventiva, recordando que, “hace no mucho tiempo atrás, equipos de primer nivel tenían controles escasos o nulos” desde el punto de vista cardiovascular.
Beristain definió el síncope como “la pérdida de conocimiento con recuperación espontánea”. Al hablar de vasovagal, explicó que fallan los mecanismos que mantienen la presión y las pulsaciones, haciendo que la sangre no llegue al cerebro, lo que provoca el desmayo.
El punto clave, según el médico, es investigar la causa. Consultado sobre si este episodio puede ser definitivo para la carrera del futbolista, Beristain recordó el caso del Kun Agüero: “Ahora hay que investigar si tiene algún daño estructural en el corazón este chico… El caso más famoso fue lo que le pasó a Güero, le encontraron una cardiopatía estructural y le aconsejaron no volver a jugar al fútbol”.
El cardiólogo también se refirió a un estudio que reveló que la presión arterial elevada en niños y adolescentes se duplicó en las últimas dos décadas. Beristain confirmó que es una consulta que crece en gente joven, y lo vinculó a factores no estructurales: la alimentación, el sedentarismo y la falta de actividad física.
Beristain atribuyó gran parte de este sedentarismo al avance de la tecnología: “Hoy están cuatro horas con la computadora o los teléfonos o la playstation“. Advirtió que, en lugar de penalizar una mala nota prohibiendo la actividad física (fútbol, rugby, etc.), los padres deberían prohibir el uso de los dispositivos.
Finalmente, el cardiólogo resumió la importancia del movimiento: “Un cuerpo en movimiento es un cuerpo que va a ser sano”. Recomendó, siguiendo a la Organización Mundial de la Salud, 180 minutos semanales de actividad física para la prevención de enfermedades cardiovasculares, y aconsejó buscar una actividad que sea “recreativa, lúdica” y se convierta en un hábito prolongado.
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