Analia Chumpitaz, Directora Provincial de Promoción y Prevención de Salud, confirmó en Todo Pasa de Radio Boing 97.3 la alerta por un “derrumbe histórico” en la vacunación infantil en Argentina. Menos de la mitad de los chicos recibieron las dosis obligatorias, lo que implica una serie de retrocesos en el control de enfermedades.
Chumpitaz señaló que la disminución de la cobertura se observa a nivel mundial tras la pandemia, pero que en Argentina, que tiene un esquema de vacunación “maravilloso y gratuito”, no se pueden permitir “el lujo de no tener cobertura suficiente y que se puedan producir enfermedades producto de estas cuestiones”.
Consultada sobre los motivos, la funcionaria indicó que la situación no es solo pospandemia, sino que se relaciona con un cambio comunicacional. “En las redes sociales a veces se viralizan cuestiones relacionadas a las vacunas que no son reales… en contra de la ciencia, para decir verdad, que no están, que no son reales y que perjudican a la población”, explicó Chumpitaz.
Si bien la Provincia de Santa Fe no registra “grupos antivacunas” organizados como en Europa, sí hay una resistencia generalizada.
La directora advirtió que Argentina está con situaciones de brote en varias enfermedades, algunas que se creían controladas: Sarampión: La enfermedad dejó de tener la situación de erradicación en las Américas y ya se registraron brotes en Argentina. Otras reemergentes: También hay brotes de hepatitis A, leptospirosis, hantavirus y fiebre hemorrágica argentina.
Chumpitaz hizo hincapié en la Coqueluche (o tos convulsa), una enfermedad que se produce en brotes cíclicos cada tres a cinco años. La preocupación actual es anticiparse a la posibilidad de un brote de mayores características que ponga en riesgo a los más vulnerables.
“Estamos planteando que nos anticipemos a la posibilidad de un brote de mayores características, que completemos los esquemas de vacuna, que nos sensibilicemos con respecto a los signos y a los síntomas y que consultemos precozmente”, pidió la funcionaria.
La inmunidad de Coqueluche no es de por vida, por lo que resulta fundamental cubrir a los más pequeños (a los dos, cuatro y seis meses con la pentavalente), los refuerzos escolares y a los adolescentes a los once años. También es clave la vacunación de las personas gestantes a las 20 semanas, para evitar que el recién nacido, que aún no tiene su dosis, se enferme.
Chumpitaz lamentó la pérdida de la cultura vacunatoria que históricamente tuvo el país. Consideró que la perspectiva individual prevalece a lo colectivo: “Las vacunas particularmente, y lo que tiene que ver con estas enfermedades contagiosas, necesitan que tengamos una perspectiva colectiva. Yo me vacuno por mí, pero me vacuno fundamentalmente por mi comunidad”, explicó.
La funcionaria concluyó que esa perspectiva colectiva se perdió en los últimos años, no solo con vacunas, sino con otras medidas de prevención como la ventilación de espacios y la necesidad de aislarse si se está enfermo.

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