
La Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que exige el fin del embargo estadounidense a Cuba con 165 votos a favor, 12 abstenciones y siete en contra, dentro de los cuales figuró Argentina. El gesto del Gobierno nacional responde al alineamiento libertario con la gestión de Donald Trump, en el marco de una alianza que en las últimas semanas se fortaleció como nunca.
La administración de Javier Milei, representada internacionalmente por primera vez con Pablo Quirno como el flamante canciller nacional, fue a contramano de la mayoría de los países europeos y sudamericanos, que tradicionalmente apoyan el levantamiento del bloqueo.
Según el resultado publicado por la ONU, además de Estados Unidos y Argentina, Hungría, Israel, Macedonia del Norte, Paraguay, Ucrania fueron los otros cinco países que rechazaron la medida que busca aliviar al Estado cubano.
“La Asamblea General de la ONU adopta la resolución que pide el fin del embargo estadounidense a Cuba”, señaló la entidad, tras la votación por 165 a favor, 7 en contra y 12 abstenciones (Foto: Naciones Unidas).
La votación, una vez más mayoritariamente alineada con la voluntad de Cuba, puso de relieve el amplio descontento internacional al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace más de seis décadas por Washington. El gobierno de La Habana sostiene que esta situación afecta gravemente al desarrollo social y cifra en miles de millones de dólares las pérdidas acumuladas.
Mientras que desde la Casa Blanca condenaron el resultado, en el Palacio de la Revolución celebraron el amplio apoyo. “La mayoría del mundo volvió a derrotar al bloqueo genocida de seis décadas”, aseveró el presidente cubano, Miguel Díaz‑Canel, en sus redes sociales.
Sintonía con Estados Unidos
El impacto simbólico del voto negativo argentino se lee en sintonía con la actual posición de la gestión mileísta de apoyar la postura geopolítica de Trump. El propio Presidente ha señalado públicamente su estrecho vínculo con los actuales gobiernos de Estados Unidos y de Israel; y su oposición al comunismo a nivel mundial.
De hecho, hace un año, la votación para que termine el embargo -que llevó a cabo la entonces canciller Diana Mondino– le valió, no sólo un cambio después de una historia de respaldo a Cuba más allá de los distintos gobiernos argentinos, sino la salida de la ministra de Relaciones Exteriores y su cambio por Gerardo Werthein, quien desde el lunes dejó su cargo para que lo reemplace Quirno.
La resolución aprobada será de carácter no vinculante, pero refuerza la presión internacional sobre Washington para que modifique su política hacia la isla, tal como sucede hace años. Ahora, resta ver si la comunidad internacional traduce ese respaldo simbólico en medidas concretas o si el bloqueo continúa sin cambios como hasta ahora desde la década de 1960.
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