Este lunes se realizó una recorrida exclusiva para la prensa por el edificio histórico de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), tras la finalización de una restauración integral. Participaron del evento el rector Franco Bartolacci y el decano Hernán Botta.
La obra demandó una inversión de más de 2.700 millones de pesos, con una intervención que alcanzó más de 1.000 metros cuadrados de cubiertas y techos, 600 metros cuadrados en galerías y espacios comunes, y unos 2.000 metros cuadrados en aulas. Todo fue financiado con presupuesto propio de la universidad, sin aportes del Estado nacional.
Durante la recorrida, Bartolacci destacó: “Una inversión de más de 2.700 millones de pesos que se hizo con presupuesto propio de la universidad, que por supuesto en las condiciones que estamos implicó mucho esfuerzo. Afortunadamente pudimos llegar al objetivo y ustedes lo verán, es realmente extraordinario”.
El rector explicó que el edificio “realmente estaba en muy malas condiciones” y que durante toda su historia no se había podido realizar una intervención de esta magnitud: “No es sólo arreglar el edificio, sino devolverlo al sentido original recuperando los espacios, pero también recuperando el esplendor con el que fue pensado originalmente”.
Remarcó que la obra representó lo que la Facultad y la ciudad necesitaban: “Es lo que la comunidad de la Facultad de Derecho y la Ciudad de Rosario se merecían”.
Además, subrayó el contexto en el que se concretó el proyecto: “Esto es producto de un esfuerzo de administración fenomenal de la Universidad Nacional de Rosario. Son recursos bien puestos donde tienen que ir para garantizar lo importante”.
En relación a la falta de financiamiento nacional, Bartolacci fue contundente: “Nosotros siempre hemos sido muy responsables, sabemos la situación económica que atraviesa el país. Nos pasa a nosotros la economía familiar, cuando faltan recursos ninguno de nosotros pensamos en la posibilidad de dejar de enviar a nuestros hijos a la escuela, porque sabemos lo importante que la educación es para ellos y para la familia. Bueno, mismo pasa con la Nación, le pedimos al Presidente de la Nación que tome nota, no sólo de lo que dijo la sociedad argentina, sino también de lo que hacen los países desarrollados del mundo, que priorizan inversión en educación superior y en ciencia, porque el diferencial para crecer está precisamente allí”.
También se refirió al debate en el Congreso por la Ley de Financiamiento Universitario, y pidió una respuesta del Poder Ejecutivo: “Ojalá que se apruebe la ley y ojalá que vuelva a aprobarse por una mayoría contundente que nos permita pensar la expectativa de que frente a un posible veto esa ley luego se sostenga”. “Hoy se destina el 0,6% del PBI a ciencia y educación superior en la Argentina. Países como Israel, Estados Unidos, España y Alemania destinan entre el 4 y el 5%, incluso sin tener un sistema público tan robusto como tenemos nosotros. No es que sean más generosos, son más inteligentes y saben que eso es importante y hay que cuidarlo”, detalló.
El decano Hernán Botta, por su parte, puso en valor la historia del edificio y el vínculo que mantiene con la comunidad universitaria: “El edificio es algo trascendente, es parte de nuestras vidas. Son más de 65 años formando abogados y abogadas en este lugar”.
Y agregó que, en este contexto, la obra también fue una señal política: “Esto también es una toma de posición, es un mensaje del valor que tiene lo que hacemos acá, lo que hace en general la Universidad Nacional de Rosario. Esta es también una forma de decir: acá estamos, acá se produce ciencia, conocimiento, se forman profesionales responsables y eso tiene que hacerse en condiciones dignas”.
Finalmente, Bartolacci respaldó el reclamo salarial de los docentes universitarios: “Realmente es muy precaria la situación salarial y es en algún punto muy insólito que no podamos convenir en un país que quien tiene la responsabilidad de formar a los futuros profesionales de la Nación debe cobrar un salario digno. Hay docentes que están cobrando 300, 400, 500 mil pesos por mes. Bueno, nadie puede decir en su sano juicio que eso está bien”.
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