En un nuevo capítulo de la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela, dos bombarderos estratégicos Boeing B-52 Stratofortress sobrevolaron en las últimas horas áreas próximas al territorio gobernado por Nicolás Maduro. El movimiento militar ocurre tras las recientes advertencias de Donald Trump, quien defendió ataques a embarcaciones vinculadas al narcotráfico y afirmó estar dispuesto a lanzar ofensivas terrestres.
Los aviones fueron detectados en el noroeste de Curazao, a muy poca distancia de la frontera venezolana. Se trata de aeronaves diseñadas para misiones de largo alcance, con capacidad para transportar hasta 32.000 kilos de armamento. Ambos despegaron desde la base aérea de Minot, en Dakota del Norte, con diferencia de minutos entre sí y permanecieron varias horas en operaciones. El martes, Washington ya había autorizado el despliegue de seis P-8A Poseidon en la misma zona estratégica.
El operativo coincide con las nuevas amenazas del mandatario estadounidense. En una reunión de gabinete, Trump insistió en que su administración ampliará la ofensiva antidroga: “Empezaremos a realizar esos ataques también en tierra. Es mucho más fácil. Conocemos las rutas, lo sabemos todo sobre ellos. Sabemos dónde viven los malos y vamos a empezar eso muy pronto”.
A las declaraciones del presidente se sumaron las del secretario de Estado, Marco Rubio, quien acusó a Maduro de haber incumplido todos los acuerdos alcanzados con administraciones anteriores. Sin embargo, aseguró que no logrará engañar a Trump. “Maduro ha roto todos los tratos. Si se puede encontrar una forma de traer estabilidad al hemisferio, evitar que Venezuela sea base de influencia iraní o del narcotráfico, sería ideal”, expresó ante la prensa.
El sobrevuelo de los B-52, uno de los activos más emblemáticos del poder aéreo estadounidense, reaviva las alarmas en la región y vuelve a colocar a Venezuela en el centro del tablero geopolítico.
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