
El periodista y analista económico Carlos Burgueño analizó los últimos datos de inflación, que marcaron un 2,3% en octubre, el valor más alto desde abril. En diálogo con Ya Pasó por Radio Boing, explicó las causas detrás de esta suba y cómo impacta en la economía real y en el poder adquisitivo de los salarios.
“Por ahora, es un número para ocuparse, no para preocuparse. No tenemos una inflación descontrolada, pero sí estacionada por arriba del 2%, cuando hace tres o cuatro meses la teníamos con un uno por delante”, señaló Burgueño.
Según el economista, el incremento se explica por dos factores principales: la suba acumulada de servicios públicos y combustibles, y la incertidumbre cambiaria previa a las elecciones, cuando el dólar llegó a cotizar en torno a los $1.500.
“Hay precios que tienen doble velocidad: primero aumenta la tarifa de luz o gas, y luego ese costo se traslada a los productos. Además, en octubre hubo una pulseada entre supermercados y productores por los precios, en un contexto de dólar alto e incertidumbre”, detalló.
Salarios que pierden frente a los precios
Burgueño citó un informe del IARAF que muestra que en septiembre los salarios formales crecieron 1,4% frente a una inflación del 2,1%, lo que implica una pérdida del poder adquisitivo.
“Cada mes los sueldos pierden unas décimas contra la inflación. Aunque el índice general sea más bajo que hace un año, el salario sigue corriendo de atrás. Y si ganás menos, consumís menos: eso se nota en las ventas, en el consumo cotidiano y en la economía real”, explicó.
El analista sostuvo que la actividad económica está resentida, especialmente en construcción, comercio e industria, tres sectores clave para la recuperación. “En Rosario se ve claramente. Sin un repunte en esos rubros, no puede haber una recuperación sólida”, advirtió.
Un fin de año complejo y un 2026 incierto
Burgueño proyectó que los últimos meses del año serán desafiantes, por la presión del pago de aguinaldos y la pérdida del poder de compra.
“Fin de año va a ser complicado. El empleado no llega cómodo a fin de mes y el empleador tiene que afrontar aguinaldos, impuestos y vacaciones. Diciembre es una incógnita”, indicó.
De cara al 2026, el periodista anticipó que el Gobierno podría buscar reforzar las reservas del Banco Central y sostener una inflación en torno al 2% mensual.
“Es difícil imaginar una inflación anual del 12%. Lo más probable es que ronde el 24%. Si baja algo y se estabilizan las tasas de interés, podría haber un leve repunte del consumo”, evaluó.
Finalmente, Burgueño consideró que la reactivación fuerte del consumo no se dará antes de 2026, aunque una mejora gradual podría comenzar el año próximo si se combinan más crédito y menor presión financiera.
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