
Una importante cancelación de vuelos dentro de Estados Unidos entró en vigencia este viernes y afecta a 40 aeropuertos tras la orden de la Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés) debido al cierre del Gobierno.
El llamado “shutdown”, que es el más largo registrado con 38 días, perjudica a unos 13.000 controladores aéreos y 50.000 agentes de seguridad aeroportuaria que, al depender de la gestión federal, se ven obligados a trabajar sin sueldo.
En ese marco, se anularon al menos 851 viajes en las principales terminales del país, que abarcan a dos docenas de estados, a la vez que hubo retrasos en otros 1.686, lo que alteró los planes de más de 100.000 pasajeros.
Sin embargo, el secretario de Transporte de la nación norteamericana, Sean Duffy, aclaró en declaraciones a la prensa en el aeropuerto Ronald Reagan de Washington que “los vuelos internacionales no serán afectados” y advirtió: “Tenemos tratados internacionales que debemos respetar”.
Sobre la decisión tomada por la FAA, que implica una reducción del tráfico aéreo en un 10%, el funcionario subrayó: “No vamos a esperar a que un problema de seguridad se manifieste plenamente cuando los primeros indicadores nos dicen que podemos actuar hoy mismo para evitar que la situación empeore“.
“En mis 35 años de experiencia en el sector de la aviación, no recuerdo haber tenido que tomar este tipo de medidas“, lamentó Duffy en una conferencia realizada junto al administrador Bryan Bedford.
Datos del sitio web estadounidense de seguimiento de vuelos FlightAware muestran que miles de viajes en todo el país sufren retrasos a diario. Más de 4.000 con origen o destino en Estados Unidos se demoraron el martes, tras casi 5.000 el lunes, mientras que este viernes se habían cancelado al menos 815 de 25.000 programados.
Aunque muchas aerolíneas hacen suspensiones con anticipación, Delta Air Lines adelantó que anularía aproximadamente 170 trayectos este viernes, y American Airlines planea recortar 220 por día hasta el lunes, de acuerdo a CNN.
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