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Rosario

Comenzó el juicio por “Bocacha” Orellano: para el fiscal Saldutti se va a demostrar que hubo “violencia institucional”

“¿Qué pasó con esas cinco personas, con ‘Bocacha’ y los cuatro imputados, cuando a las 4 de la mañana lo sacan del boliche? Los cuatro rodean y agreden a Carlos, a quien le dejan como única vía de escape el río Paraná. Aprovechando su superioridad física y de número. Estaban lejos de la vista del público, según creían ellos. Pero hubo testigos”. Así comenzó este miércoles su alegato el fiscal Patricio Saldutti en el juicio por la muerte del joven Carlos “Bocacha” Orellano, que tenía 23 años y cuyo cuerpo apareció flotando en el río Paraná en febrero de 2020. Las audiencias se esperan que duren unos dos meses, en el Centro de Justicia Penal y la pena que podrían obtener los acusados van de los 17 a los 19 años de prisión.

Se trata de dos policías y dos ex empleados de seguridad el boliche Ming River House, que operaba en La Fluvial de la costanera de la ciudad en la época en la que ocurrió el crimen. Los acusados aguardan para ser juzgados por los delitos de homicidio simple con dolo eventual en grado de coautores. Los policías, Gabriel Nicolossi de 40 años, y Karina Gómez de 43, suman además a la carátula el delito de incumplimiento a los deberes de funcionario público, con falsedad ideológica. Para los patovicas, la pena solicitada es apenas menor. A los cuatro, la teoría de Fiscalía, los considera responsables de haber provocado la muerte de “Bocacha”.

Horarios clave 

En su primera intervención al abrir el juicio, Saldutti hizo hincapié no sólo en los hechos que terminaron con Orellano en el río, sino también en lo que pasó en las horas siguientes. La actitud de los imputados marcaría la decisión de desviar la investigación y esconder la muerte del joven. A las 4, a “Bocacha” lo sacaron del boliche y lo llevaron hasta la baranda. Después, las cosas sucederían así, según narró el fiscal en base a las evidencias colectadas en los tres años que lleva la causa: a las 5.14, Nicolozzi llama al 911, pero lo hace para desviar la atención.

“No denuncia que había caído un chico al río, sino que pide personal de la Motorizada, porque había dos personas por empezar a golpearse. A las 5.36, Karina Gomez llama al 911 y dice que hay una ‘presunta caída’ de alguien al agua, sin más datos. Instantes después, ella misma habla con alguien de Prefectura, que estaba en la garita. Y le da una versión falsa sobre la caída. Después, se van del lugar. A la tarde entregan un acta -que dirán que fue hecha a las 10 AM- con otra versión del hecho de parte de la propia Gómez. Después Prefectura se contacta con ellos, a las 14 hs, para pedirles información y poder buscar a Orellano, pero ahí de nuevo Gómez da otro relato”, explicó Saldutti.

Sobre los patovicas acusados, el fiscal relató que a las 5 de la mañana, una hora después del incidente con “Bocacha”, cobran su viático y se van a su casa como si nada hubiera pasado. “No se quedaron buscando, ni dieron información correcta a Prefectura para que busque”, dijo Saldutti que agregó: “Los empleados contratados para brindar seguridad, vamos a ver en el juicio, no le daban seguridad a los que concurrían al boliche”, dijo. Unas horas después, cuando los policías encubrían y los patovicas dormían, los familiares de “Bocacha” empezaban a preguntarse por el joven mientras empezaban a preparar un asado en la isla. Se había comprometido con su tía a estar almorzando con ella, que le iba a preparar una torta que le gustaba mucho a él. Por eso cuando pasó el mediodía y Carlos no aparecía, algunos de ellos decidieron cruzar de nuevo a Rosario y empezar a buscarlo. No lo encontraron en su casa, donde vivía con sus padres y por eso empezaron a recorrer comisarías y hospitales.

La familia Orellano es de pescadores y desde muy chico “Bocacha” había aprendido a nadar y a manejarse con el río, según contó su padre en múltiples entrevistas que dio en estos tres años. “Tenía trofeos en la pieza, que ganó nadando en un club del barrio, por eso yo nunca creí en la versión de que se había tirado solo y se había ahogado”, relató. Las autopsias, además, confirmarían lo que sospechaba el entorno de la víctima y consolidaron la teoría de Fiscalía: el cuerpo tenía hematomas de golpes que había recibido.
El día en el que se hizo la reconstrucción de la muerte de Orellano, en Sr Ming. En Cofyrco había 174 DNI que se habían perdido en el mismo boliche.

El hecho

“Bocacha” Orellano fue a bailar el 24 de febrero de 2020 al boliche Ming, que funcionaba en La Fluvial y donde los imputados cumplían tareas de seguridad privada y, en el caso de los policías, hacían “servicio adicional”.

De acuerdo a la pesquisa, el joven intentó ingresar al VIP del local sin estar habilitado para ello y por eso fue expulsado del lugar. Una vez fuera, los acusados “ejercieron violencia física” en su contra, rodeándolo contra una baranda protectora de la costanera del río.

Como consecuencia del abuso físico, Orellano saltó la baranda y se precipitó a las aguas del Paraná, lo que generó su fallecimiento, sin que el personal involucrado asistiera su rescate ni avisara a tiempo a Prefectura. Su cuerpo apareció flotando a la altura del kilómetro 418 el 26 de febrero.

“Tiempo después de la caída de Orellano al agua”, la agente Gómez dio aviso del hecho a la central de emergencias del 911 y a la Prefectura Naval Argentina, “pero omitiendo informar la verdad del mismo. Y luego, todos los imputados se retiraron del lugar, sin brindar colaboración con las tareas de rescate de la víctima”, señala la acusación fiscal.

Patricio Saldutti, fiscal del caso (Foto archivo)

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