Desde este martes, comienza en Brasil la última etapa del juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, acusado de haber impulsado una conspiración golpista contra Luiz Inácio Lula da Silva el 8 de enero de 2023. Se trata de la primera vez que un exmandatario brasileño enfrenta cargos por atentar contra la democracia, por lo que podría ser condenado por un lapso de hasta 43 años de cárcel.
El exmandatario de 70 años cumple prisión domiciliaria en Brasilia con una tobillera electrónica y vigilancia permanente por riesgo de fuga, desde el pasado 4 de agosto.
En paralelo, la primera sala del Supremo Tribunal Federal se reúne en sesiones extraordinarias y tiene plazo hasta el viernes 12 de septiembre para emitir su fallo.
Bolsonaro fue acusado junto a siete de sus colaboradores, entre ellos exministros y militares, por intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, participación en organización criminal armada, daño cualificado y deterioro de patrimonio protegido.
Aunque el expresidente sostiene su inocencia, la Justicia analiza si promovió un golpe cívico-militar para impedir la asunción de Lula tras las elecciones de 2022. El punto más álgido se dio con el asalto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023.
Además, en junio de ese mismo año, el Tribunal Superior Electoral lo condenó a siete años de inhabilitación por haber cometido abuso del poder del Estado y diseminar mentiras y sospechas infundadas sobre el sistema electoral durante un acto oficial.
Ese fallo ya le impide competir en los comicios presidenciales de 2026, así como en las elecciones municipales. En vísperas de la condena por el intento golpista, en medios locales garantizaron que se desatará una dura interna dentro de la derecha local por la candidatura presidencial en ese espacio.
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