Un estudio global realizado por las universidades de Edimburgo (Reino Unido) y Zhejiang (China) reveló que la presión arterial elevada en niños y adolescentes se duplicó en las últimas dos décadas, lo que significa que más de 114 millones de menores en el mundo viven actualmente con hipertensión.
La investigación, publicada en la prestigiosa revista médica The Lancet, advierte que esta tendencia está impulsada por el estilo de vida moderno, las dietas ricas en sal y alimentos ultraprocesados, y sobre todo por el sedentarismo y el aumento de la obesidad infantil.
Según los datos del trabajo, entre los niños con obesidad la prevalencia de hipertensión alcanza el 19%, lo que representa un riesgo significativo para la salud a largo plazo.
Los expertos señalan que los hábitos adquiridos durante la infancia pueden derivar en enfermedades graves en la adultez, como infartos, accidentes cerebrovasculares y trastornos renales.
La autora principal del estudio, Peige Song, calificó los resultados como “profundamente preocupantes” y destacó que el análisis incluyó datos de 444.000 participantes de 21 países, ofreciendo una de las radiografías más completas sobre el deterioro cardiovascular en las generaciones más jóvenes.
Los investigadores subrayan la necesidad de implementar políticas públicas de prevención, fomentar la actividad física desde la escuela y promover una alimentación saludable como estrategias clave para revertir esta tendencia global.
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