
La periodista Irene Hartmann advirtió sobre el aumento sostenido en la venta de medicamentos para dormir en el país y alertó por los riesgos del consumo sin control médico. En diálogo con Río Extra Primera Hora por Radio Boing, Hartmann explicó que “el consumo de hipnóticos y sedantes creció más de un millón y medio de cajas desde la pandemia”, según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina.
“Entre 2014 y 2024 el aumento fue constante, pero después de la pandemia el salto fue muy marcado”, señaló la periodista, al tiempo que remarcó que “no se trata de cajas con menos comprimidos ni de un cambio en la presentación, sino de un aumento real del consumo”.
Hartmann explicó que el incremento se vincula con “una nueva época de ansiedad y poca paciencia frente a los procesos naturales del cuerpo”. Además, subrayó que muchos argentinos recurren a los psicofármacos sin indicación profesional: “Hay muchísima automedicación. Gente que toma pastillas para dormir sin receta, por consejo de un familiar o un amigo. Eso es peligrosísimo”.
Según la investigación, se venden anualmente alrededor de 3,7 millones de cajas de medicamentos hipnóticos o sedantes, mientras que las benzodiacepinas —tranquilizantes o ansiolíticos— mostraron una leve baja. Para los especialistas, este cambio puede ser positivo si implica un reemplazo por antidepresivos recetados correctamente, ya que estos últimos “no generan dependencia física” como sí lo hacen las benzodiacepinas.
Sin embargo, la periodista advirtió sobre los riesgos a largo plazo: “Estos fármacos pueden provocar deterioro cognitivo en adultos mayores que los consumen durante años, incluso sin estar indicados médicamente”.
Hartmann también alertó por el consumo entre los más jóvenes. “Hoy hay chicos de veintipico que toman pastillas para dormir o tranquilizantes con total naturalidad. Ya no hay estigma, y eso genera una aceptación peligrosa”, dijo.
Explicó que el fenómeno se debe, en parte, a que “muchos médicos resuelven rápidamente con medicación cuadros de angustia o estrés que podrían tratarse con terapia”. Según la periodista, no todos los casos de ansiedad o depresión requieren medicación, y las guías internacionales recomiendan priorizar tratamientos psicológicos como la terapia cognitiva conductual.
Finalmente, Hartmann compartió una reflexión de los especialistas consultados: “Tenemos que volver a poner en valor el momento de dormir. No se trata solo de evitar pantallas o noticias antes de acostarse, sino de entender que el sueño es un proceso que requiere paciencia y cuidado”.
La periodista insistió en un mensaje central: “Los psicofármacos deben tomarse solo bajo indicación de un médico matriculado. Automedicarse no es una solución rápida: es un riesgo real”.
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