
La líder opositora venezolana María Corina Machado denunció haber sido secuestrada por una hora tras participar en una manifestación en Chacao, Caracas, en protesta contra la investidura presidencial de Nicolás Maduro, prevista para el día siguiente. Según el partido opositor Comando con Venezuela, Machado fue interceptada violentamente al salir del evento. En el incidente, fue derribada de la moto en la que se trasladaba, y testigos reportaron detonaciones de armas de fuego.
Machado relató que fue retenida por la fuerza y obligada a grabar varios videos antes de ser liberada. La denuncia generó inmediatas reacciones en la oposición, con el presidente reconocido por este sector, Edmundo González Urrutia, exigiendo su liberación inmediata y advirtiendo a las fuerzas de seguridad sobre las consecuencias de sus actos. Por su parte, el ministro de Información, Freddy Ñáñez, negó la detención y la calificó de “distracción mediática”.
La opositora había reaparecido públicamente tras cuatro meses en la clandestinidad, declarando que la jornada electoral del 28 de julio marcó un punto de inflexión en la historia de Venezuela y asegurando que el régimen de Maduro “se hundió”. Machado afirmó que la oposición continúa fortaleciéndose y calificó la investidura presidencial como “la prueba de fuego que condenará definitivamente al sistema actual”.
En medio de la creciente tensión, González Urrutia anunció su intención de regresar al país para asumir la presidencia, a pesar de las órdenes de detención en su contra. Este clima político pone en evidencia la compleja crisis institucional y social que atraviesa Venezuela, donde las manifestaciones opositoras siguen siendo reprimidas y las denuncias de abuso por parte del régimen de Maduro continúan acumulándose.
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