El postre más conocido internacionalmente y elegido entre las 10 mejores tortas del mundo, fácil de hacer y con pocos ingredientes nace en manos de Marité Mabragaña, publicitaria en uno de los centros más importantes del país, la agencia Ricardo De Luca, con clientes como Gillette o Renault.
Inspirada en el tiramisú italiano y aunque en un primer momento llevaba manzana rallada, dulce de leche y crema de leche, el queso crema terminó reemplazando a la última copiando más el estilo del cheesecake yankee. Inclusive en versiones anteriores se mojaban las galletitas con café, como sucede en el tiramisú.
Al ser parte de su trabajo, Marité nunca registró la marca por lo que el postre está registrado a nombre de Bagley desde los 80 en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial. Cuatro décadas más tarde, la torta es reconocida internacionalmente y obtuvo el décimo puesto en la lista de mejores tortas del planeta siendo evaluada por el famoso portal gastronómico Taste Atlas, ganándole al Cheesecake que no llegó a entrar en el top 10.
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