En 1975, Bagley lanza una variedad de galletitas de chocolate, marca “Chocolina”. Para 1982, la joven llevó para compartir en la oficina por su cumpleaños una torta con mezcla de dulce de leche y queso crema apilados con galletitas de chocolate y a todos les encantó. Al día siguiente, decidió preparar dos tortas idénticas y se las llevó a sus dos clientes: Bagley por las Chocolina y Mendizábal, fabricante del queso crema Mendicrim.Su idea era promocionar los productos a través del postre, al que se le sumó el dulce de leche Ronda distribuido también por Mendizábal. Para 1983, y alianza de marketing en conjunto de por medio, el anuncio llegó a la televisión, donde permaneció durante casi dos años. La idea fue un éxito total, y las marcas incluyeron la receta en sus recetarios y publicidades, lo que llevó a que aumenten las ventas de todos los ingredientes de la chocotorta. Más adelante, se sumó a la receta mojar las galletitas en leche pasteurizada.
Inspirada en el tiramisú italiano y aunque en un primer momento llevaba manzana rallada, dulce de leche y crema de leche, el queso crema terminó reemplazando a la última copiando más el estilo del cheesecake yankee. Inclusive en versiones anteriores se mojaban las galletitas con café, como sucede en el tiramisú.
Al ser parte de su trabajo, Marité nunca registró la marca por lo que el postre está registrado a nombre de Bagley desde los 80 en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial. Cuatro décadas más tarde, la torta es reconocida internacionalmente y obtuvo el décimo puesto en la lista de mejores tortas del planeta siendo evaluada por el famoso portal gastronómico Taste Atlas, ganándole al Cheesecake que no llegó a entrar en el top 10.
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