Tras las elecciones del 26 de octubre, que quedaron por debajo de las expectativas, muchos creyeron que Provincias Unidas saldría debilitado. Sin embargo, con el paso de las semanas, los gobernadores que impulsaron el espacio resistieron las presiones y hoy buscan consolidar poder a partir de lo obtenido. Las negociaciones en el Congreso, el nuevo titular de la UCR y el PRO encendiendo alarmas desde Buenos Aires marcan el tablero. Mientras tanto, Milei mueve sus piezas para avanzar con las reformas en medio del rearmado del peronismo y la oposición tradicional.
Los cinco mandatarios que diseñaron Provincias Unidas —junto a Gustavo Valdés, que integra el núcleo fundador aunque no firmó por sus compromisos en Corrientes— continúan tejiendo alianzas. Ya conformaron un bloque propio en la Cámara de Diputados y se preparan para disputar el poder rumbo a 2027. El anuncio del nuevo interbloque tuvo consecuencias inmediatas. Apenas se supo que Gisela Scaglia lo encabezaría, Mauricio Macri desde Dubai le exigió que dejara la presidencia del PRO santafesino. El malestar por la sangría de dirigentes hacia La Libertad Avanza se profundizó cuando el expresidente advirtió que varios referentes provinciales también priorizarían el armado de los gobernadores antes que engrosar las filas amarillas.
Corrió igual suerte Ignacio Torres, gobernador de Chubut, que además integra la Mesa Nacional del PRO. La primera reunión fue tensa: hasta se mencionó la posibilidad de intervenir ambos distritos si Scaglia y Torres no renunciaban a sus cargos partidarios. Sin embargo, en el encuentro del último miércoles —al que Torres no asistió— el tema se trató de manera superficial y luego se enfocaron en las estrategias legislativas.
Scaglia no piensa ceder. Quiere mantener la conducción provincial del PRO, incluso evalúa acciones legales ante una eventual intervención y recuerda que, como vicegobernadora en funciones cuando se lanzó Provincias Unidas, firmó su acta constitutiva. Insiste en que ambos espacios pueden convivir perfectamente en el Congreso, pese al enojo de Cristian Ritondo y del propio Macri, que quedó con apenas 12 diputados propios.
Scaglia no piensa ceder. Quiere mantener la conducción provincial del PRO, incluso evalúa acciones legales ante una eventual intervención y recuerda que, como vicegobernadora en funciones cuando se lanzó Provincias Unidas, firmó su acta constitutiva.
En paralelo, siguen las negociaciones por el tercer lugar en las autoridades de la Cámara y los lugares en comisiones. Cada banca pesa y Provincias Unidas intenta recuperar a José Luis Garrido, el diputado santacruceño que hoy tiene monobloque y formó interbloque con Ritondo porque no se sintió contenido. En el nuevo espacio son optimistas respecto de poder sumarlo; en el macrismo, preocupados por perderlo.
Otro sector a la deriva es el de Coherencia (ex Córdoba Federal). Marcela Pagano y sus diputados tienen el pase en la mano y pueden inclinar la balanza hacia un lado u otro. Por ahora no hay definición, aunque Scaglia confía en incorporarlos y así quedarse con la tercera vicepresidencia y más lugares en comisiones. Mientras, Juan Schiaretti fue operado recientemente, aún no asumió su banca y, según su entorno, tardará al menos dos meses en volver. Eso deja, por el momento, a Provincias Unidas y aliados con 21 votos y al PRO y sus socios con 22.
Por su lado, Maximiliano Pullaro incidió directamente en la elección del nuevo presidente de la UCR. Leonel Chiarella, reelecto intendente de Venado Tuerto con más del 83 % de los votos, se convirtió en el titular más joven en la historia del partido. Delegado del Foro de Intendentes radicales, el santafesino contó con el respaldo del gobernador, la bendición de los históricos y el visto bueno de los mandatarios provinciales tras la declinación de Valdés.
Maximiliano Pullaro incidió directamente en la elección del nuevo presidente de la UCR. Leonel Chiarella, reelecto intendente de Venado Tuerto con más del 83 % de los votos, se convirtió en el titular más joven en la historia del partido.
En silencio, sin hacer ruido, Milei cuenta los porotos y los números le cierran. Sin demasiado esfuerzo logrará aprobar el Presupuesto 2026 y obtener media sanción para casi todas las leyes de fondo que envió.
Diputados dará luz verde a Inocencia Fiscal y Déficit Cero; el Senado, a la Reforma Laboral. Quedará pendiente en ambas cámaras la Reforma Penal, aunque intentarán dejar constituida la comisión bicameral que la tratará. A simple vista, el Gobierno tiene asegurada la mitad más uno en los dos recintos, lo que garantiza quórum y la chance de reflotar los capítulos que cayeron de la Ley Bases.
Arranca una semana clave. Todos buscan hacer pie en medio del vendaval Milei, esperando ver si la gestión prospera o fracasa para tomar decisiones definitivas de cara a 2027 con el diario del lunes. Las trincheras territoriales están más firmes que nunca, pero la General Paz, por ahora, sigue siendo una muralla infranqueable hacia la Casa Rosada.
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