La tecnología está avanzando a pasos agigantados en todos los aspectos de la vida cotidiana, y la medicina no está exenta de la misma. En la misma semana en que se conoció que se detectaron alteraciones en el lenguaje de los pacientes con Parkinson a través de diferentes dispositivos, el doctor Diego Pereyra, en diálogo con Gabriel Pennise por Radio Boing, dio detalles de la irrupción de nuevos métodos.
“Uno cuando habla de Parkinson asocia al paciente con un temblor de manos, del cuerpo. Ese movimiento se empieza a ver en los diagnósticos más avanzados. Ahora pusieron una Inteligencia Artificial a analizar diferentes personas y a través de un algoritmo se detectó que aquellas que utilizaban más verbos que sustantivos, terminaban desarrollando la enfermedad”, comenzó destacando.
En ese sentido añadió: “Sos trastornos mínimos que por ahí no te das cuenta, pero lo que se vio es que mucha gente usaba más verbos y frases más cortitas porque les costaba articular y abrir fluído. Esto es algo mágico porque nunca antes de había visto”.
“Las teconologías de escuchas constantes usualmente son utilizadas para marketing y demás, pero ahora también se utilizó para fines médicos. Los pacientes dieron el consentimiento y se pudo llegar a ese diagnóstico. Lo ideal sería poder incorporarlo a redes como WhatsApp y que se controle más masivamente. Es una oportunidad gigante para utilizar la IA para el bien y no para el mal”, agregó.
Sin embargo, la irrupción de las nuevas teconologías no solamente son adaptables al Parkinson u otras enfermedades neurodegenerativas, si no que también se pueden utilizar en intervenciones quirúrgicas. “Varias clínicas ya están trabajando con cirujanos robots, que pueden hacer cualquier tipo de cirugía convencional. Ya se hicieron extracciones de ovarios, útero y hasta operaciones de hernia inguinal”, detalló al respecto.
Continuando por esa línea, Pereyra apuntó: “Las pinzas que entran dentro del cuerpo son manejadas por un ser humano, pero si el cirujano empieza a temblar, el equipo tiene sensores que no deja que choque con estructuras, no deja que tiemble y tiene una precisión increíble. Es más, si el cirujano despega sus ojos del visor donde mira, el equipo se detiene y se bloquea para no cometer errores. La tecnología es fantástica, pero muy costosa”.
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