“Hacía cola cada mañana, a las 5 de la madrugada, para recibir un poco de leche y pan, junto a cientos de personas y a mi abuelo, para llevar el pan a la mesa y que cinco o seis miembros de la familia pudieran comer ese día”, el duro recuerdo es de Novak Djokovic, el número 1 del ranking ATP y uno de los mejores tenistas de la historia.
Nacido en Serbia, cuando era una región de Yugoslavia, pasó de niño por la desaparición del país en medio de una guerra civil. En los ’90, según recordó Nole, “durante cuatro años ningún atleta de Serbia tenía permitido salir del país para participar en competencias internacionales”.
La entrevista se emitió por el canal Sony Sports Network. En la nota, Djokovic recordó: “Vengo de Serbia en los años ’90, donde vivimos dos guerras y un embargo por seis años. En esa época, creo que durante cuatro años ningún atleta de Serbia tenía permitido salir del país para participar en competencias internacionales”.
Nole, ganador 22 veces de un Grand Slams, tiene 374 semanas como número 1 del planeta. Ningún otro jugador en la historia del tenis logró lo que Djokovic, que no olvida sus orígenes y las dificultades que atravesó en su infancia. “Sé cómo se siente estar en esa situación y soy un agradecido por todo lo que tengo, todo lo que recibí de la vida y de Dios. Y soy conciente de que hay cientos de personas en el mundo mucho menos afortunados que yo. Por eso a través de mi fundación, de mi centro de tenis en Serbia, trato de ayudar de cualquier manera que puedo. Sé que no es suficiente, podría hacer más, pero hago lo mejor que puedo”.
Hace dos años, en una entrevista que dio tras ganar la edición 2021 de Wimbledon, había dicho: “Fracasar no era una opción para mí o para nadie en mi familia. Teníamos que encontrar la manera de sobrevivir durante esos momentos. Fue difícil. Esas cosas endurecen tu personalidad, te hacen más fuerte y que tengas más hambre de éxito en aquello que haces”.
“Prácticamente vivíamos en el sótano de la casa de mi abuelo, junto a mis padres, mis tíos y mis hermanos. Nos despertábamos todas las noches a las 2 o 3 de la madrugada durante dos meses y medio por los ataques”, llegó a decir en otra oportunidad, hablando de los bombardeos de la OTAN a Belgrado entre marzo y junio de 1999.
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