El año que termina quedará marcado en los libros de historia por la partida de figuras que moldearon el pensamiento, la fe y la cultura de las últimas décadas.
La noticia que más impacto generó en el mundo entero fue la partida del Papa Francisco. Jorge Mario Bergoglio dejó un legado enfocado en la justicia social y una Iglesia más cercana a los márgenes. Casi al mismo tiempo, América Latina perdió a Pepe Mujica, el expresidente uruguayo que se convirtió en una referencia ética indiscutida para todo el continente.
En el plano de la política internacional, también fallecieron figuras de gran peso estratégico como Dick Cheney, pieza clave en la seguridad de Estados Unidos, y el polémico dirigente francés Jean-Marie Le Pen.
El ámbito del conocimiento sufrió pérdidas irreparables. La naturaleza despidió a Jane Goodall, quien cambió nuestra forma de entender a los primates, y la genética perdió a James Watson, uno de los padres del ADN. Además, el mundo recordó la valentía del astronauta Jim Lovell, el hombre que trajo de vuelta a casa al Apolo 13.
Hollywood también quedó de luto con la partida de actores y directores que hicieron historia:
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Cine: Se fueron leyendas de la talla de Robert Redford, Gene Hackman, Diane Keaton y el director David Lynch. También Francia despidió a su gran ícono, Brigitte Bardot.
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Música: El rock perdió a su “padrino”, Ozzy Osbourne, y el pop melódico a Brian Wilson. En nuestro idioma, la música romántica sufrió un golpe durísimo con el fallecimiento del santiagueño Leo Dan.
El ring y el cuadrilátero también están de duelo. Este año despidió al histórico boxeador George Foreman y a la cara más reconocible de la lucha libre mundial, Hulk Hogan. Junto a ellos, el béisbol honró la memoria del mítico Willie Mays.
Aunque el 2025 se lleve su presencia física, el impacto de estas vidas seguirá resonando por mucho tiempo. Sus obras y descubrimientos ya forman parte del patrimonio de la humanidad, dejando una huella profunda que las próximas generaciones deberán continuar.

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