Tras varios días de lucha Pablito, el niño que recibió un trasplante de hígado de forma urgente tras padecer una hepatitis “fulminante”, fue dado de alta. La noticia llenó de alegría y tranqulidad a la familia y allegados, ya que el chico salió del centro de salud en silla de ruedas y hasta agradeció por la atención.
En este marco Armando Perichón, Director del CUDAIO (Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos) habló en Radio Boing sobre la compleja logística del tratamiento y la cooperación de todas las áreas para que sea un éxito. “Ha sido un trabajo bastante integrado y coordinado entre la gestión privada y pública”, afirmó.
Consultado por el caso, el especialista contó: “Nos enteramos del caso un viernes por parte del Hospital de Niños Zona Norte. A partir de allí, los informes daban la sensación de una hepatitis severa”.
“Todavía no conocemos la causa de esta enfermedad a nivel mundial. Muchas veces mejora por la capacidad de respuesta del niño pero en un 10% de los casos es casi una causa de muerte“, continuó.
Así, comentó que “se derivó al paciente al Sanatorio de Niños porque es el único lugar que realiza trasplante hepático de la ciudad”.
“El estado se hizo cargo de todo el financiamiento del trasplante porque el paciente no tenía cobertura social. Se garantizó la cobertura a toda costa”, agregó.
Por último, cerró: “Entre muchas cosas que cambió la ley Justina son las decisiones de las personas para donar, lo que permitió que Pablo pueda conseguir un órgano”.
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