El ex Hotel Britannia cambiará su fisonomía. El histórico edificio que forma parte de los inmuebles de valor patrimonial de la ciudad de Rosario se convertirá en una torre de departamentos, luego de que la propuesta para su modificación recibiera la luz verde en la sesión de este jueves en el Concejo. Lo aprobado implica que habrá un edificio de 14 pisos, pero preservando el cuerpo principal y la fachada de una casona que tiene más de 120 años de vida y tiene en su espalda ser el establecimiento donde se fundaron Newell’s y el Colegio Inglés – San Bartolomé-.
A partir de un mensaje del Departamento Ejecutivo se trató en las distintas comisiones y luego en el recinto la posibilidad de suscribir un convenio de preservación patrimonial con los titulares de la propiedad ubicada en San Martín al 300. El mismo se encuentra incluido en el Inventario y Catalogación de Bienes del Patrimonio Histórico, Arquitectónico y Urbanístico de la ciudad en grado de protección 2 A.
A pesar de las abstenciones de los ediles de Ciudad Futura, el proyecto autorizará una ampliación de 1.534,8 metros cuadrados en el inmueble, con una altura máxima de 40,39 metros. En la parte baja, en la construcción que ya existe, habrá espacios destinado a usos mixtos. Puntualmente, desde el espacio remarcaron a RedBoing que no votaron por la estipulación de la altura, que sobrepasa el límite para el centro pero se explica en el proyecto en que tiene una medianera superior a uno de los lados.
De este modo, la obra comprenderá dos etapas en la que en primera medida se demolerá de manera parcial parte de la edificación y para luego construir el sector nuevo del inmueble.
Durante las discusiones en comisiones, Guillermo Serpellini, uno de sus titulares, supo explicar que el ex Hotel Britannia, de 50 habitaciones, en los últimos tiempos “funcionaba como pensión” y que al fallecer su padre “se cayó la habilitación” para su funcionamiento.
El uso inmueble se encontraba en una encrucijada, ya que no se le podían realizar modificaciones de base por su reconocimiento como valor histórico y el costo económico que representaban las obras para refaccionarlo eran sumamente elevadas. Entre 2003 y 2004 los propietarios lograron un convenio con la Municipalidad para renovar la fachada, pero nunca recibieron los fondos.
“Los propietarios llegaron a un momento de no poder sostener más el inmueble, y luego de un trabajo de dos años y medio con el Ejecutivo lograron ponerse de acuerdo”, explicó el concejal de Juntos por el Cambio Alejandro Rosselló a RedBoing, y reclamó por el tiempo que demoró en tener curso. El proyecto consta de mantener la fachada y realizar un edificio retraído articulado con lo que existe.
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