
El Gobierno se prepara para anunciar en estos días una fuerte reestructuración del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (Iosfa), que actualmente atraviesa fuertes dificultades para funcionar debido a una deuda millonaria que arrastra desde hace años.
La iniciativa la está llevando adelante el flamante ministro de Defensa, el teniente general Carlos Presti, que tomó la resolución de este conflicto como uno de los primeros objetivos para su gestión.
Poco después de haber asumido en el cargo, el funcionario ordenó una exhaustiva auditoria sobre el organismo que ya tenía en mente hacer su antecesor, Luis Petri.
Con más de 600 mil afiliados, IOSFA es la tercera obra social más grande del Estado, pero tiene un pasivo estimado en unos 200.000 millones de pesos que provocó demoras y cancelaciones en los tratamientos más caros.
Frente a este escenario, Presti viene teniendo reuniones con el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y con el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, para tratar de acordar una solución.
La decisión fue, por un lado, dividir al organismo en dos para que uno se haga cargo, en principio, de la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y el otro, de las Fuerzas Armadas.
Resta saber qué va a suceder con los afiliados correspondientes a la Gendarmería y a la Prefectura, que podrían quedar dentro de cualquiera de esas dos obras sociales.
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