
Comenzó este lunes el juicio oral por la muerte de la docente rosarina María de los Ángeles París, ocurrida el 3 de mayo de 2017 dentro de la Comisaría 10ª. La hija de la víctima y los cinco funcionarios policiales acusados por el homicidio coincidieron en la misma sala, con la particularidad además de que los efectivos llegaron en libertad al trámite judicial. Los jueces del caso son Rafael Coria, Florentino Malaponte y María Chiabrera
La fiscal Karina Bartocci inició su alegato describiendo la secuencia previa a la muerte de la mujer de 46 años. Según la acusación, a las 21 hs de aquel 3 de mayo, París llegó a la dependencia policial muy nerviosa para realizar una denuncia de robo: “Estaba muy alterada. Enseguida sale de la Comisaría y cruza la calle, enfrente había una sala velatoria con gente que la vio. Un rato más tarde, se sienta en la pared baja en el frente de la seccional”, relató.
Unos cuarenta minutos después, según dijo la fiscal, dos agentes la intentaron meter en un patrullero, a lo que París se resistió.
La fiscal relató que con María de los Ángeles sentada sobre la pared exterior de la comisaría, Silvio Cortés (el comisario) la tomó de los pelos y la inmovilizó con la ayuda de otra funcionaria policial, Susana Domínguez. “La metieron a la comisaría y la esposaron”, explicó en su teoría del caso. Un rato después, la mujer estaba muerta.
La fiscal Bartocci adelantó qué pedirá para los principales acusados, Silvio Cortés y Susana Domínguez, cuatro años de prisión por homicidio preterintencional e incumplimiento de deberes de funcionario público.
Para Damián Zalazar, Silvia Gianotti y Andrea Allovatti, que esa noche “miraban lo que pasaba” y tuvieron alguna participación menor en el hecho, el MPA pedirá un año de inhabilitación especial y multas.
Lo que dijeron querella y defensas
La querella que representa a la hija de la víctima, afirmó que “acá hubo violencia institucional”. En ese rol de querellantes están los abogados Marcos Peiretti y Gustavo Feldman, que plantearon en el alegato de apertura: “Los que debían proteger, causaron la muerte de una víctima inerme. Estamos aquí para evitar la impunidad”.
Por su parte, la defensa del comisario Cortés, a cargo del abogado Ignacio Carbone, negó la versión de la Fiscalía. Sostuvo que las cosas “no pasaron como lo cuenta la Fiscalía” y adelantó que testigos, incluido el taxista que trasladó a París, van a demostrar que Cortés “no la tomó de los pelos”.
Carbone argumentó que la víctima padecía un problema psiquiátrico y que la autopsia determinó “muerte natural, por una falla cardíaca”. “Acá no hubo violencia institucional. Los agentes ofrecieron auxilio y no hubo delito alguno”, aseguró.
En la misma línea, Angelo Rossini, abogado de la sumariante Susana Domínguez, dijo que su defendida y el resto del personal “hicieron todo lo que pudieron para contenerla” y que el comisario le dio la orden de esposarla ante un “brote psicótico”. Rossini concluyó que la muerte se produce por un paro cardiorrespiratorio que no tuvo “nada que ver con la actuación policial”.

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