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Policiales

El MPA mostró su evidencia contra el nuevo jefe de la barra de Central: qué buscan imputarle

Ghiselli, el segundo de izquierda a derecha. Una de las fotos presentadas en audiencia.

Lautaro “Laucha” Ghiselli, el presunto jefe de la barra de Rosario Central que había sido detenido el pasado 13 de agosto, comenzó a ser imputado este lunes en el Centro de Justicia Penal. Además de su rol en el para avalanchas canalla, para los fiscales el joven sería uno de los organizadores de la banda Los Menores, un grupo narco criminal que fue expandiendo su control sobre el territorio desde 2020, cuando empezó a nombrarse en el barrio 7 de Septiembre, en el noroeste rosarino. En la estructura planteada por el MPA como asociación ilícita, el que estaría por encima de todos los imputados sería Matías Gazzani, uno de los prófugos buscados por Nación y provincia con millonarios ofrecimientos de recompensa, que desde el crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte también controlaría los negocios que surgen del manejo de la parcialidad canalla.

Los fiscales de la causa son Juliana González, Georgina Pairola y Luis Schiappa Pietra, que fue el encargado de presentar la evidencia contra Ghiselli. Cabe recordar que además del apodado “Laucha”, en la misma audiencia se comenzó a imputar a otros nueve hombres, todos presuntos integrantes de la banda Los Menores que ya estaban presos cuando se produjo el operativo para detener al barra de Central. Por eso durante el trámite judicial se hizo un repaso de hechos violentos de los últimos años en Rosario, casi todos producidos en la zona oeste y norte de la ciudad.

Para la investigación del MPA, en abril de 2020 empezó a sonar el nombre de Matías Gazzani, sobre el que no había mucha precisión hasta que empezó a repetirse en el marco de homicidios que se daban en el Barrio 7 de Septiembre, en Larrea y otros puntos de Rosario en los que había disputa por el territorio para las bandas criminales. El primer registro había sido después de allanar un domicilio que funcionaba como punto de venta para el narcomenudeo, vinculado al clan Tripi. En el teléfono de uno de los hermanos Godoy había mensajes en los que “un tal Matías” decía que a partir de ahora era el jefe y para poner un kiosco (búnker) tenían que hablar con él.

La fiscal Pairola leyó este lunes ese tramo de la extensa imputación, que cuenta con casi 500 páginas de evidencia -casi todas repasan balaceras y homicidios relacionados con Los Menores, sea como victimarios o como víctimas: delitos por los que oportunamente ya habían sido imputados los otros nueve hombres llevados a audiencia junto a Ghiselli, sólo que ahora acumulados en un mismo CUIJ bajo la calificación legal de asociación ilícita.

tribuna central hinchada
Foto archivo: Farid Dumat Kelzi

Es decir, todavía no apareció evidencia para vincular a “Laucha” con homicidios o balaceras, pero como el MPA decidió incluir en un mismo cuerpo imputativo a Los Menores y a la barra de Rosario Central, el presunto jefe de la hinchada canalla aparece con el rol de organizador. Es que para la teoría del caso exhibida por los fiscales, quien toma las decisiones de lo que pasa en la popular del Gigante de Arroyito y en sus alrededores los días de partido sería el prófugo Matías Gazzani.

Al presentar la evidencia, Schiappa Pietra mostró fotos de “Laucha” Ghiselli en la tribuna norte superior de la cancha de Rosario Central, junto a otros referentes de la barra que sí aparecen nombrados en causas policiales o en hechos atribuidos a Los Menores: Alan “Pollo” Insaurralde o Andrés “Plin” Acosta entre ellos, los dos también prófugos. La investigación del MPA informó también quiénes de los que aparecían en las imágenes de la hinchada de este año serían responsables de pintar murales azules y amarrillos en los barrios. Y entre los que se mostró en lugares principales de la popular aparecieron Santino -hijo del líder narco Esteban Alvarado- y Ezequiel Riquelme, hijo de otro capo criminal preso, Francisco Riquelme.

La detención de Ghiselli hace poco más de dos semanas en un departamento del barrio rosarino de Pichincha, fue celebrada por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. En su cuenta de Instagram, de la que ayer se mostraron algunas capturas, el barra de Central había subido una story poco antes de ir preso: era una selfie suya con el texto “Los pillines me chupan la pija”. No obstante, el MPA no le atribuyó a “Laucha” ningún rol en el crimen de Bracamonte, por el que ya hay varios detenidos.

La única mención para el asesinato de “Pillín” en ese tramo de la audiencia fue una reunión que mantuvo “Laucha” con otros integrantes de la hinchada en 2023, en una casa de Almafuerte casi Avellaneda, a pocas cuadras de la cancha. A ese encuentro, Ghiselli llegó en un VW Vento que está a nombre de Jhonatan Candia, el delantero uruguayo que jugó para el canalla durante más de un año y hoy está en Barracas Central.  Y en la vereda de esa misma casa -según explicó el fiscal Schiappa Pietra- una moto esperaba a los presuntos autores del homicidio de Bracamonte, segundos después de haber disparado la trágica noche del 9 de noviembre y para escapar de la zona del crimen.

 

“La presencia del ‘Laucha’ en la tribuna liderada por ‘Los Guerreros’ no es algo novedoso, sino que participa de la popular canalla hace años vinculado con el “Chupe Bus”, un colectivo que ofrecía viajes a hinchas de Rosario Central cuando el club jugaba en calidad de visitante”, planteó uno de los testigos reservados que habló con la justicia. El testimonio coincide con la versión de los abogados de Ghiselli, que sostienen que “fue elegido para tener un rol caracterizado en la barra por su conocimiento de los grupos de los distintos barrios después de años de ir a la cancha y no tuvo ninguna actuación en hechos violentos de la banda Los Menores”.

Por ello cuando la audiencia se reanude este miércoles a las 14 hs, Martina Lianza y Martín Marini, los letrados que defienden a “Laucha” y aún no replicaron la evidencia del MPA, pedirán que el imputado no quede en prisión preventiva mientras avanza la investigación.

Entre tanto, en estas semanas Rosario Central jugó dos partidos de local estando Ghiselli preso, incluído el clásico: ¿Quién quedó al mando? ¿Puede aparecer una revancha de sectores leales a Pillín?

Y respecto del doble homicidio de Bracamonte, junto a su ladero Daniel “Rana” Attardo a pocos metros del Gigante de Arroyito, ¿Qué pasó con los datos del fiscal Ávila en las primeras horas de la investigación que apuntaban a un posible encubrimiento policial? ¿Al hecho lo encargó Gazzani y lo ejecutó gente de Los Menores como la propia víctima había anticipado en una nota periodística o se cruzaron varios actores que lo querían sin vida?

Sobre esto último: ¿Qué pasó con los otros “negocios” que se supone manejaba Pillín vinculados al narcotráfico a gran escala, con empresas ligadas a él que habían empezado a hacer pie en los puertos de la región vía acuerdos con un sector de la UOCRA?

En los nueve meses que lleva la causa, el MPA no mostró evidencia sobre esa línea de investigación, como tampoco logró dar con los autores materiales del doble homicidio. Además, se estableció que Ghiselli habría usufructuado el rédito económico de los días de partido, pero sin aportar ninguna precisión al respecto.

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