
El juez federal Carlos Vera Barros procesó el último viernes a Jonatan Caputero, el cocinero filipino de 50 años que estaba en el buque con bandera de Islas Marshall en el que había aparecido dos días antes casi media tonelada de cocaína, cuando el barco estaba amarrado en el puerto que tiene Vicentín en la localidad de San Lorenzo, a la espera de terminar con la carga de pellets de girasol. Del resto de la tripulación, 19 marineros también de Filipinas, todos quedaron retenidos en la embarcación durante una semana a la espera de novedades en el caso, a excepción del capitán que fue el que dio el alerta a la justicia.
Lo que se sabe hasta el momento es que los 469,5 kilos de droga aparecieron en bultos que estaban escondidos entre la comida que había sido cargada en el barco pocas horas antes y que el capitán fue quien advirtió a las autoridades argentinas del hallazgo, al ver “algo raro” en la zona de las heladeras.
En la versión que se conoció hasta el momento, cuando la Unidad de Información Financiera tomó conocimiento de la denuncia -en la madrugada del 30 de abril- avisó a la fiscalía de San Lorenzo, que rápidamente envió personal al buque para verificar si había un cargamento de cocaína en el buque “Ceci”, que venía desde Montevideo y estaba cargando en esas horas pellets de girasol, para partir luego hacia Amsterdam, en Países Bajos.
De acuerdo a lo que dijo la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, el valor del cargamento estaba estimado en 6 millones de dólares. La droga estaba encintada en paquetes con la inscripción “Your name”, en bolsas de material impermeable. En una de ellas, además había un GPS que se presume que sería utilizado en el puerto de destino para que los bultos con droga y un sistema de linternas que llevaban para ser encontrados por las lanchas que debían buscar la droga. Los paquetes también tenían un sistema de ganchos, con los que se habrían levantado hasta la cubierta.
El fiscal a cargo de la investigación es Claudio Kishimoto, titular de la Fiscalía de de San Lorenzo. Y en la causa también colabora la PROCUNAR, a través del fiscal Matías Scilabra. Se sabe que el buque había pasado por Uruguay antes de llegar al puerto de Vicentín en San Lorenzo y según una hipótesis de trabajo allí se podría haber cargado la cocaína.
“El lugar en el que se hizo la operación habría sido el conocido como “Zona Alfa”, que es el punto de encuentro en el agua entre Uruguay y la Argentina, donde convergen el Delta del Paraná y el Río de la Plata. Una de las claves fue el sabor salado que tenían los paquetes al tacto y por eso se apunta a que la carga habría sigo en aguas uruguayas”, reveló un investigador en diálogo con Red Boing.
Otra línea apunta a la responsabilidad que podrían haber tenido las empresas que hacen logística para los barcos en los puertos de la región, con personal argentino. El “Ceci” había salido de Emiratos Árabes, con tripulantes filipinos pero bandera de navegación de las Islas Marshall, una combinación ecléctica pero habitual en el comercio portuario. En los próximos días se sabrá qué grado de responsabilidad en la maniobra tuvo Caputero, el cocinero filipino que en principio habría asumido su participación en la carga de la droga.

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