Los titulares de “Deportodo”, una tradicional tienda de ropa y artículos deportivos con varias sucursales en Rosario, fueron avisados en la madrugada del jueves que había sonado al alarma en uno de sus locales, el de Presidente Perón (Ex Godoy) al 3500. Enseguida avisaron al 911. Y un rato después la propia policía las respondía que el personal del Comando Radioeléctrico no había encontrado nada cuando pasó por el lugar. Sin embargo, cuando fueron a abrir el negocio, se encontraron con una de las persianas llena de agujeros y varios casquillos de bala esparcidos por la vereda. Además, habían dejado un cartel mafioso.
El relato de los hechos fue confiado a RedBoing, en reserva, por allegados a Deportodo que pidieron no hablar con los medios. Este jueves, el negocio pudo abrir al público pero la persiana baleada quedó baja: quien pasaba antes del mediodía para hacer las compras en una arteria llena de comercios, podía ver cómo trabajaba la Agencia de Investigación Criminal. Sobre Godoy, los circulitos alrededor de las balas y la cinta de peligro que rodeaba a la tienda.
Al lado de la persiana, había quedado un pedazo de cartón sobre el que habían escrito la nota mafiosa. Un mensaje que nombraba al “Peruano”. Los investigadores presumen que podría hacer referencia a Julio Rodríguez Granthon, el aviador de nacionalidad peruana preso en una cárcel federal y sospechado de ser uno de los proveedores mayoristas de la droga en Rosario, vinculado a la banda Los Monos.
En los próximos días, la investigación avanzará sobre pericias balísticas y análisis del cartel que se dejó, así como de las cámaras de seguridad que registraron el momento del ataque: increíblemente, quien dispara llega y se va caminando. Los titulares de Deportodo, una de las firmas históricas del rubro en Rosario y un comercio reconocido en la zona oeste, dijeron no haber recibido ninguna amenaza previa y desconocer los motivos del ataque.
Otra balacera, con mensaje mafioso y dirección equivocada
Pocas horas antes de que se conozca la balacera contra Deportodo, hubo un hecho que todo indica que está relacionado. Fue el que tuvo como víctima a una mujer en barrio Ludueña, que mostró cómo había quedado su casa en Gorriti al 5500, tras un ataque a balazos también en la madrugada del jueves.
Una vivienda humilde, con paredes de chapa y techo de madera que habían literalmente “cosido” a tiros. Como en la tienda de Avenida Presidente Perón, también le dejaron un cartel nombrando al “Peruano”. Además, mencionaban a “Milaneza”.
La mujer explicó varias veces que ella y su familia no tenían nada que ver con ninguna banda criminal. Mientras tanto, por la referencia del cartel que dejaron los tiradores, el apuntado podría ser de nuevo Granthon y en este caso también Franco “Milanesa” Almaraz, un joven detenido en Piñero e integrante de Los Monos que fue condenado en septiembre de 2022 a 20 años de prisión en juicio abreviado que firmó el fiscal Alejandro Ferlazzo, por un homicidio y una balacera de las que el joven asumió haber sido autor, de julio de 2020 en el barrio Ludueña.
En las calles de Ludueña y de Empalme Graneros los últimos tres años se vivió una sangrienta guerra entre bandas relacionadas con Los Monos, por un lado, y con Esteban Alvarado, por el otro. Sus líderes, todos jóvenes, fueron cayendo por distintas investigaciones del MPA. Pero la “tropa” en la calle se sigue renovando y las balaceras de las últimas horas lo demuestran. Estos dos barrios fueron en 2022 y lo que va de 2023 de los que más heridos con armas de fuego y homicidios tuvieron en Rosario.
Respecto a Granthon, el presunto destinatario de los mensajes, una fuente judicial le dijo en off a RedBoing este jueves: “En una de las últimas investigaciones que hicimos, varios peces gordos aparecen pidiéndole a él la habilitación para vender. Manejaría muchas zonas de la ciudad”. De sospechado de ser proveedor mayorista, ahora estaría él mismo regenteando el territorio, con la consecuente disputa.
Los vecinos de la cuadra baleada de Gorriti al 5500, también en Ludueña, contaban con miedo en la mañana del jueves que muy cerca de la familia que fue baleada con veinte disparos viviría un familiar de “Milanesa” Alcaraz. Los sicarios, entonces, podrían haber confundido el domicilio en el cual tenían que dejar su mensaje mafioso.
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