El caso del productor televisivo Marcelo Corazza volvió a poner sobre la mesa un tema poco hablado en la Argentina: el grooming. El delito que implica el contacto de un mayor a un menor por medio de un sitio web, aplicación o videojuego con un niño o adolescente con el objetivo de tener contactos sexuales físicos o no, avanza en el país y se desarrolla a partir de la poca educación digital que reciben los argentinos.
Un informe realizado por la ONG Grooming Argentina determinó que en Argentina, 6 de cada 10 chicos tienen su primer celular con acceso a internet a partir de los 9 años y que en promedio, pasan conectados 6 horas diarias.
A su vez, 8 de cada 10 adolescentes entre 13 y 17 años poseen y frecuentan al menos 3 redes sociales con mayor preferencia, y 7 de cada 10 niños entre 9 y 12 años juegan a juegos en línea. En estos entornos digitales, 6 de cada 10 menores se relacionan con personas desconocidas. Y a uno de cada cuatro les piden fotos desnudos.
Hernán Navarro, director de la organización, afirmó en diálogo con Nacho Russo que el contacto en las plataformas de los adultos con los menores comienza en los videojuegos, tales como Minecraft o Free Fire. “El delincuente sexual encontró en estos lugares el espacio para ganarse la confianza y luego migrar a Whatsapp e Instagram”, continuó.
“Los niños son víctimas potenciales permanentes por la falta de educación digital. No se habla de esto, cuando los chicos desde temprana edad tienen acceso a las pantallas y no saben configurar un Whatsapp para que no les roben la identidad o los agreguen a grupos donde hay pornografía”, explicó el abogado y especialista.
Por ese motivo, apuntó que existen tres conductas que se deben tener en cuenta para inferir que los niños podrían estar experimentando situaciones de grooming: “Ocultamiento de los dispositivos; insistencia recurrente a querer conectarse; y estar conectados hasta altas horas de la noche”.
“Eso se suma a fluctuaciones en el estado de ánimo, cambios de lenguaje, etc. que nos hace hablar con ellos. Pero no desde el interrogatorio, sino que siempre entendiendo que el chico no es culpable de nada”, destacó Navarro.
Asimismo, puso el foco en una problemática marcada en la Argentina, donde “no hay una política pública sobre ciberseguridad”.
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