
El fiscal federal Federico Reynares Solari dialogó este lunes con Radio Boing y reflexionó sobre la situación que atraviesa Rosario en relación a la violencia: “Las bandas narco generan mucha muerte y dolor, pero tenemos que decir que esa actividad no podría existir sin la circulación de dinero que le garantizan las cuevas financieras y actores que lavan el dinero que generan los búnkeres. Sin el lavado, el narcotráfico no podría haber crecido”, sostuvo.
En nota con Gabriel Pennise, el funcionario judicial amplió: “Hasta hace veinte años, en Rosario había un actor económico que era ese que ayudaba a invertir en blanco lo que ganaban profesionales con honorarios no declarados, también lo que generaba el campo. Pero ya en el último tiempo, eso mutó a lo que genera la droga en la ciudad”.
Reynares Solari admitió que en la dinámica judicial ha existido un déficit en la materia: “Muchas veces se pudo avanzar por el trabajo que hicieron nuestros colegas del Ministerio Público de la Acusación, pero en el ámbito de la justicia federal se pudo hacer muy poco. Nosotros llevamos a juicio a fines del año pasado un caso muy pardigmático, en el que quedó muy claro cómo era el flujo. Detectamos que desde un barrio como Villa Banana había un recorrido habitual, en el que se llevaba el dinero de la droga hasta una cueva en el centro de Rosario. Y el financista que resultó condenado fue directamente por integrar la banda narco, ni siquier por lavado. El Tribunal entendió que era necesaria esa actividad para que el circuito del narcotráfico siga existiendo”.
El fiscal federal recordó luego que además de la disputa territorial de bandas para la venta al menudeo, Rosario es también el escenario por el que pasan grandes vólumenes de cocaína que viajan hacia el mundo, como enclave portuario: “La ciudad es además un lugar de paso. Hay droga que pasó por acá y se ha encontrado en los puertos de Brasil o de Europa”, explicó.
Por último, tras la crisis de seguridad por la que pasó Rosario tras los crímenes de dos taxistas, un colectivero y un playero, que se dieron con pocos días de diferencia en las últimas semanas, Reynares Solari planteó que a pesar de las dificultades del presente y de la persistencia del problema narco, se puede ser optimista: “Pensemos en Medellín, en Colombia. En el año 1989 cualquiera podía decir que esa ciudad no tenía futuro. Y finalmente lo tuvo. Tengo confianza que en la ciudad podemos hacerlo, porque somos mayoría los que queremos vivir en paz”, finalizó.
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