El caso de Gerónimo Spina, ex jugador de Estudiantes de La Plata, revolucionó el fútbol argentino, marcando un antes y un después. La manera en la que el club expresó su repudio hacia el jugador y su accionar, hizo que los clubes argentinos se unieran en esta causa, que solía suceder pero que nunca había tenido la exposición y trascendencia como esta vez.
Los distintos clubes de la Argentina dejaron de lado su diferencias y se unieron como rara vez sucede, para difundir una actitud considerada “repudiable” y de “pocos códigos” para con la institución que formó como jugador, pero por sobre todo como persona a un adolescente.
Países como Argentina, Brasil y Uruguay son los principales formadores y exportadores de futbolistas de Sudamérica para el resto del mundo, principalmente a Europa. Sin embargo, están totalmente desprotegidos por la FIFA, que siempre se muestra del lado de los jugadores. Lamentablemente, casos como el de Gerónimo son cada vez mas recurrentes.
A través de la AFA y la Conmebol los clubes del fútbol argentino deben presionar para elevar un reclamo a FIFA y que se actualicen los valores por derecho de formación, los cuales están vigentes y sin cambios desde hace 10 años. Con la partida de Spina al Atlético Madrid, equipo UEFA de Categoria I, Estudiantes solo recibirá 90 mil euros por año (son tres años), que se supone es lo que invirtió en su formación.
Si los valores fueran actualizados, en vez de recibir 270 mil euros, un club percibiría 540 y de esta manera las instituciones se moverían con mas cautela antes de llevar un jugador menor de edad y tener que pagar por sus derechos de formación.
En Rosario uno de los tantos casos de jugadores que se marcharon fue el de Lisandro Martínez, que hizo las inferiores en Newell’s desde los 14 a los 19 años y cuando se realizó su transferencia de Ajax a Manchester United en 50 millones de euros, a la entidad del Parque le ingresaron alrededor de 1.3 millones por derechos de formacion del futbolista.
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