
Gabriel Boric asumió como presidente de Chile este viernes y se convirtió en el mandatario más joven de la historia del país. El hombre de 36 años juró en el Congreso Nacional de Valparaíso, donde estuvo presente Alberto Fernández.
El ex líder estudiantil estará en el poder hasta 2026 y deberá avanzar en las reformas sociales prometidas en campaña. De acuerdo con sus propios discursos, aseguró revisar un modelo económico basado en el mercado para luchar contra la desigualdad que provocó violentas protestas en 2019, aunque ha moderado su ardiente retórica en los últimos meses.
“Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí, prometo”, expresó el nuevo jefe de Estado.

La ascensión de Boric marca una encrucijada para Chile, durante mucho tiempo bastión del libre mercado y la responsabilidad económica en la volátil Sudamérica. El país está reformulando su Constitución de la época de Augusto Pinochet, que ha apuntalado el crecimiento, pero a la que se acusa de fomentar la desigualdad.
El nuevo titular del Ejecutivo chileno llegó al cargo enfrentándose a una desaceleración económica, una alta inflación y un Congreso dividido que pondrá a prueba su capacidad de negociación para impulsar reformas en salud y pensiones, al tiempo que endurece la regulación medioambiental.
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