El director y productor de cine mexicano, Guillermo del Toro – quien ha dirigido películas como El Orfanato (2007) y Pinocchio (2022)- estrenó, a principios de noviembre, su última producción: Frankenstein. Un film que reúne un elenco integrado por Oscar Isaac, Jacob Elordi y Mia Goth e inspirado en la novela clásica literaria de Mary Shelley de 1818, que ha fascinado al público a lo largo de los años.
A través de los ojos del científico Victor Frankenstein, se narra la historia de cómo su ambición y su dolor lo llevaron a desafiar los límites de la naturaleza. Después de la muerte de su madre y la decepcionante relación que tiene con su padre, Victor se sumerge en la búsqueda de darle vida a una criatura mediante la muerte: reutilizando cuerpos y usando energía de las tormentas, nace la famosa bestia -interpretada por Elordi- quien se ve obligado a aprender las injusticias y la frialdad del mundo.
El relato abarca temáticas de la responsabilidad afectiva, las relaciones familiares, la soledad y el rechazo social. Del Toro logra ilustrar un vacío sensible y nostálgico con sus diferentes personajes, y regala un largometraje que abraza la angustia de no encajar y la búsqueda personal de una criatura que no tiene alma propia. Desde una mirada autobiográfica, el director mexicano describe al film como “la historia de su padre y él, y la relación de él y sus hijos”.
“Es la manera en la que nosotros nos volvemos padres pero nos seguimos comportando como hijos de alguien. No nos damos cuenta del poder simbólico y las sombras enormes que causamos en la gente que viene después de nosotros” explicó Del Toro. Precisamente, la película ilustra la tensa relación entre Victor y la criatura -a quien Guillermo le puso Adán– y cómo los errores cometidos por el creador llevan al monstruo a sentirse marginado de la sociedad.
Desde su nacimiento, la criatura solo pronunciaba la palabra ‘Víctor’, un nombre que para él lo era todo y que, con el correr del film, se convierte en el motor de su venganza y de su deseo de morir. “Nace como un bebé, impoluto. Con líneas hermosas, perfectamente inocente, entiende el mundo como una maravilla y luego, como nos pasa con los padres, se empieza a echar a perder porque un padre ve a un hijo como un accesorio por error” detalló el director.
La historia transcurre desde la perspectiva de Frankenstein, quien tiene una versión más fría de los hechos, hasta que el monstruo cuenta una versión más solitaria y triste, donde se profundiza la navegación personal de un ser maravillado por el mundo exterior, quien descubre el peso de la palabra “amigo” y la crueldad de los seres humanos. “Para ti soy obsceno, para mi solo existo” fue una de las frases que destacó Del Toro de la criatura.
Desde la pérdida de un ser querido hasta el perdón, Guillermo del Toro retrata poéticamente la biografía de seres complejos, quienes viven sus propios duelos que se entrelazan para darle vida a una historia trágica de autodescubrimiento. Inspirado en la frase de Marilyn Monroe: “la criatura era incomprendida, todo lo que necesitaba era amor”, el director mexicano le dio vida a un film que logra poner en palabras las sombras de las relaciones familiares.
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