
“Mi vida está en peligro”, dice el entrevistado. Está terminando mayo y aunque el calendario marca que es otoño, el clima es agradable. Quien habla con el cronista sabe que en cualquier momento puede llegar la Gendarmería a su casa. Es el ex jefe de la SIDE rosarina y se lo van a llevar preso. Volverá a la cárcel después de un año y como sabe que irá detenido, tiene listo el bolso. Pudo permanecer en libertad estos meses gracias a recursos que fue presentando a la justicia, pero es investigado desde fines de 2022 por la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), con la sospecha de que filtraba información sensible a un fiscal del MPA y a Los Monos, a través de comisarios condenados por vínculos con esa banda narcocriminal. Ahora, un fallo de la Cámara de Casación ordenó revocar la excarcelación que le había otorgado en 2024 el juez Marcelo Bailaque. Y antes de volver a la cárcel, pacta una entrevista en la que no habrá fotos ni registro grabado. Sólo se tomará nota por escrito, con papel y birome.
UN ABOGADO, LA SIDE Y EL POLÍGONO
Su nombre es Iván Roberto Jokanovich. Su identidad estuvo salvaguardada durante mucho tiempo por la Ley Federal de Inteligencia, hasta ahora que Casación emitió el dictamen con su nombre. De 53 años, abogado, tiene un estudio en el que trabajan sus dos hijos. Su mujer también es abogada, pero ejerce por su cuenta. Es propietario además de un campo en Arroyo Seco que heredó de su familia, donde instaló un polígono de tiro al que solían ir varios comisarios de la región. En 2015 era titular de la oficina rosarina del Registro de Armas (RENAR) y después pasó a tener peso en la SIDE.
“Yo ahora vuelvo a estar preso, pero por hacer bien mi trabajo. A mí me encargaron un informe de inteligencia sobre las bandas que operaban en la zona de la Hidrovía con el tema narco. Me metí en muchos lados y después me soltaron la mano, me dejaron solo”, cuenta.
Habla pausado, pensando en cada palabra que dice. En la causa por la que está procesado, los fiscales de la PROCUNAR detectaron que en diciembre de 2022 le pasó información secreta a Mariano Ríos Artacho, por entonces fiscal del MPA. El funcionario judicial se encontró con Jokanovich en el polígono de tiro y ahí el hombre de la SIDE le contó que un ex comisario -que ya había sido condenado por favorecer a la banda Los Monos y en ese tiempo estaba prófugo- aparecía en un informe de inteligencia a bordo de un Chevrolet Cruze con patente a nombre de Ríos Artacho.

EL FISCAL Y LOS POLICIAS
El ex policía mencionado en esa charla era Juan José Raffo. Las cámaras de seguridad del Aeropuerto de Ezeiza lo mostraban como copiloto del auto del fiscal, a punto de abordar un vuelo a Miami.
Jokanovich tenía esa foto y le reveló el dato de inteligencia a Ríos Artacho. El fiscal -posiblemente para cubrirse- le pasa esta información a Matías Edery y Luis Schiappa Pietra, colegas suyos que estaban buscando al ex policía. Ahí mismo, intenta una explicación poco clara: dice que había vendido el auto a otro policía amigo suyo, pero que se había demorado en hacer la transferencia.
Ese otro uniformado era Álvaro Rosales, el jefe de la policía en Villa Constitución que ya contaba con denuncias y que además había recibido de forma irregular un Mercedes Benz de un financista rosarino al que habían allanado en Puerto Norte. El fiscal que le había asignado ese auto de alta gama era el mismo Ríos Artacho y el tema saltó imprevistamente, cuando fueron a detener al comisario para imputarlo en una causa por abuso sexual contra una cadete de la Escuela de Policía. En su casa estacionado había uno de los vehículos que el MPA le había secuestrado al empresario Sebastián Grimaldi. Un papelón inexplicable.
Raffo y Rosales eran habitué de tertulias nocturnas en las que coincidían varios comisarios sospechados o condenados de complicidad con los narcos, como Marcelo “Malevo” Mendoza o Alejandro Franganillo. En marzo de 2023, un operativo del MPA quiso dar con todos ellos y allanó un galpón en Rosario en el que solían comer asados. Se encontró una caja fuerte con mucho dinero, pero Raffo no estaba: la sospecha de los investigadores aquella vez fue que había sido advertido por Jokanovich del allanamiento en camino.
Volviendo al cuestionado Ríos Artacho, él iba a terminar renunciando a mediados de 2024, cuando tenía encima la posibilidad de ser destituido por la Legislatura provincial por los incidentes ya mencionados y otros de similar tenor. Pero más allá de la suerte corrida por el ahora ex fiscal, lo cierto es que un mes después de esa charla suya con el hombre de la SIDE en el polígono de tiro, un operativo de Gendarmería ordenado por la justicia federal frena a Jokanovich en su auto cerca de los Tribunales Provinciales.
Los efectivos lo dejan seguir, pero le secuestran el teléfono al hombre de la SIDE por orden judicial. En la pericia a ese Xiaomi aparecerían chats borrados con el ex comisario Raffo. “Es lo único que tienen en ese aparato. Yo lo entregué y también les dí la contraseña”, le explica en mayo de 2025 Jokanovich a Red Boing.

EL NEGOCIO NARCO
De acuerdo al desarrollo de la causa y el fallo de Casación, Jokanovich está imputado por haber favorecido con información que tenía por su rol en la AFI (ex SIDE) a un núclo criminal liderado desde la cárcel federal de Rawson por uno de los cabecillas de Los Monos, Leandro “Pollo” Vinardi, que luego se terminó desprendiendo como facción disidente de la conducción de “Guille” Cantero.
El vínculo del funcionario era a través de comisarios y ex policías que tenían llegada a la banda. Aunque el hombre ahora lleva la charla a otro lado: “El negocio del narcotráfico en esta región es mucho más grande de lo que se muestra. Hablan de Los Monos o de actores marginales que aparecen en las noticias, muchas veces con disputas violentas por una esquina en un barrio, pero por encima hay actores mucho más importantes”, sostiene en charla con Red Boing.
Repite cada vez que puede que la tarea que le encomendaron -con órdenes por escrito y protegidas por la Ley de Inteligencia- fue infiltrarse en ese entramado para conseguir información. Y sigue: “Hay un mapa de poder del narcotráfico global, que usa a la Argentina como trampolín hacia Europa de la droga que producen Perú, Colombia y Bolivia. Hoy acá la que está pisando fuerte es la DEA, a la que le interesa controlar lo que pasa en la zona portuaria de San Lorenzo, Puerto San Martín, Timbúes, también Zárate y San Nicolás”, dice el ex SIDE. Y argumenta que los actores del Poder Judicial que lo mandan a detener están influenciados por la histórica Agencia Antidrogas de los Estados Unidos.
Jokanovich amplía su descripción de lo que está en juego: “Acá se está dando de fondo una disputa de los grandes productores de cocaína y la DEA con el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil. El PCC también tiene penetración en la zona portuaria y controla pabellones de la cárcel de Coronda. Aunque cueste entenderlo, la Embajada norteamericana interviene para regular el negocio narco en la región. Tiene llegada a fiscales federales, a gente del propio MPA, a jueces, también tentáculos en la Aduana y en Prefectura”.

LA DEA EN LA REGIÓN
En línea con lo que el ex jefe de la SIDE rosarina le cuenta a Red Boing, se puede mencionar que más allá de sus claras diferencias ideológicas, Aníbal Fernández y Patricia Bullrich coincidieron durante sus gestiones en Seguridad en propiciar el vínculo con la DEA, que buscó a toda costa tener más presencia en el país y una agencia propia en San Nicolás.
En 2022, las propias autoridades destacaron la coordinación con el organismo de Estados Unidos en el operativo de agosto de ese año que detectó 1.658 kilos de cocaína en un galpón de Empalme Graneros, en la zona noroeste rosarina. Estaban escondidos en pellets de cereal, listos para ser embarcados al exterior. La pista que se siguió entonces fue que los panes de droga con el sello Louis Vuitton iban a terminar en Qatar para el mundial de fútbol, con valores finales mucho más altos que los del propio mercado europeo.
Aquella investigación iba a mostrar que integrantes de un cartel colombiano se habían instalado en un barrio privado de Funes para organizar la logística. Y unas semanas después, en otro operativo de impacto, en la Terminal Puerto Rosario se encontraron otros 1434 kilos de droga: esta vez ya habían sido infiltrados en un container de maní que tenía a Rotterdam como destino, tambíén envuelta con el sello Louis Vuitton. El propio gobernador Omar Perotti informaría en ese tiempo que la DEA y la Embajada habían brindado colaboración en esos días.
El evento similar más reciente se dio a fines de abril de este año con casi media tonelada de cocaína en el “MV Ceci”, un barco amarrado en el puerto de Vicentín en San Lorenzo. Era un buque con bandera de Islas Marshall, que terminó inspeccionado de madrugada por la Prefectura, junto a la PROCUNAR, el juez federal Carlos Vera Barros y el titular de la UIF, tras un llamado del capitán de la tripulación alertando por la existencia de restos de cocaína “que caían de una heladera”.
Pocas horas antes del hallazgo en el puerto de Vicentín, una importante funcionaria de la Embajada de Estados Unidos había visitado San Nicolás y Rosario. Se trató de Abigail Dressel, encargada de negocios de la representación norteamericana en la Argentina.
El comunicado oficial de la Embajada en esas horas estableció: “Esta visita reafirma el compromiso de los Estados Unidos con el fortalecimiento de las relaciones con las provincias argentinas. Juntos hacemos nuestros países más fuertes, seguros y prósperos. El puerto de Rosario y la región de Santa Fe son clave para el desarrollo económico y la seguridad de Argentina”.
¿Así o más claro?, dirían los milllenials.

LOS PUERTOS
Jhonatan Caputero, el cocinero filipino del “MV Ceci”, es hasta ahora el único detenido por la aparición de esos 463 kilos de cocaína. Declaró ante autoridades judiciales que a él lo habían contactado antes de viajar a Sudamérica y le habían dicho que podía hacerse la infiltración de droga sin inconvenientes, “porque dos o tres veces al mes hacían esa maniobra en el puerto de San Lorenzo”.
Para el ex jefe de la SIDE, este es el nudo de la cuestión del que se habla poco: “La ruta narco necesita de los puertos de la Hidrovía”. El hombre nombra a una empresa multinacional con socios de peso, que tiene puerto en San Nicolás. Y se pregunta: “¿Alguien controla esos camiones que van y vienen a Bolivia? Ahí entra mucha más carga que en las avionetas en las que no entran más de 400 kilos y a veces tienen problemas para aterrizar en zonas rurales”.
LAS AVIONETAS
En estos días, dos hechos policiales de impacto reinstalaron en agenda el tema de los vuelos privados en aeronaves de gran escala para el traslado de cocaína a nuestra región.
Por un lado, apareció en Manuel Ocampo -pequeña localidad vecina de Pergamino en el norte de la provincia de Buenos Aires- una avioneta incendiada cerca de un silo bolsa. Nadie reclamó la avioneta. A la causa la investiga el fiscal Matías Di Lello.
Dos días antes, se había producido el aterrizaje de emergencia de una aeronave similar en la zona rural de Clarke, a 70 kilómetros de Rosario. En ese otro caso, al Cessna le habían sacado casi todos sus asientos y comodidades: el único cargamento encontrado fueron bidones de combustible. Sus dos tripulantes, un aviador peruano y otro boliviano, tienen pesados antecedentes penales por vuelos vinculados al narcotráfico, uno en México y el otro en Bolivia.
Los dos hombres que ahora están presos en Rosario habían dejado la avioneta estacionada al atardecer y deambulaban por un camino de tierra cuando fueron encontrados por policías de la Unidad Regional XV. ¿Trajeron un cargamento de cocaína y tuvieron un problema técnico para volver?
Los casos conocidos podrían enumerarse de a montones: en marzo pasado, un productor entrerriano encontró en su campo en la zona de La Paz un Cessna vacío. Su dueño era un piloto boliviano, Kevin Roca Alpire, con antecedentes por tráfico de cocaína. Se presume que esa vez también un problema técnico, le impidió al piloto volver a destino. Al tripulante, de todos modos, nunca se encontró.
Dos meses antes en la zona rural de Ibicuy, en el delta de Entre Ríos, una avioneta narco había aterrizado de emergencia: tenía 359 kilos de cocaína. En ese caso se dio con un piloto brasilero, Carlos Costas Dias y una joven de 21 años, Jade Isabela Callaú Barriga, ex reina de un concurso de belleza en Bolivia y familiar de un narco de ese país. Cuando cayeron detenidos, ella intentó coimear a los policías con 60 mil dólares. “No los tengo acá, pero se los puedo conseguir”, dijo.
A fines de 2023, una larga investigación judicial contra una banda narco de ramificaciones con Bolivia y Colombia terminó con allanamientos en campos de la región. Aquella vez se logró el secuestro de una avioneta en Carrizales -muy cerca del campo en el que aterrizó la aeronave ahora en 2025- y se detectó que en Campo Timbó, un country exclusivo en Oliveros, el grupo narco tenía un hangar propio.
En esa causa, se pudo llegar también a la pata económica: la organización había comprado vehículos de alta gama y diversificado negocios en Rosario para lavar el dinero generado por la venta de droga; entre otras cosas, habían comprado el teatro Vorterix a través de testaferros. Aquel operativo se llamó “Cosecha Blanca”. Fue una investigación de la PROCUNAR y el presunto líder de la banda era Brian Walter Bilbao, actualmente prófugo de la justicia.
Esta última causa se había iniciado de modo cinematográfico, con la muerte de dos hombres en una Hilux tras volcar en un camino rural cuando escapaban de la Gendarmería. Estaban cerca de Cañada de Gómez esperando la llegada de una avioneta que debía hacer un “bombardeo” de droga, pero al ver a los uniformados quisieron evitarlos. Salieron a toda velocidad y en una mala maniobra, terminaron con la camioneta volcada. Uno de los teléfonos que los narcos llevaba encima tenía la información que permitió llegar al resto de la organización.

EL CRIMEN DE PILLIN
Sigue la charla con Jokanovich y ahora habla de un hecho que conmocionó al país: el doble crimen en noviembre pasado del histórico jefe de la barra de Rosario Central, Andrés “Pillín” Bracamonte y de uno de sus laderos, el dirigente de UPCN, Daniel “Rana” Attardo: “Eso no fue un tema interno de la barra. Vos fijate que en un año se habían perdido tres cargamentos grandes de cocaína con gente vinculada a Pillín en la logística. Fueron más de 1200 kilos en total. Uno fue ese de San Justo, ¿te acordás? Ahí en el norte de Santa Fe por la ruta 11”.
La mención del ex SIDE es para un operativo de julio de 2024 en el que se interceptó una Amarok que llevaba 467 kilos de cocaína, fusiles y handys. Ese día había otra camioneta que venía haciendo “de campana” y logró escaparse. Pero veinte días después, en la previa de un partido de Central de local contra Sarmiento de Junín, la Gendarmería sorprendió a dos integrantes de la barra canalla en la zona sur de Rosario y los detuvo: uno de ellos era Carlos Suárez, sindicado como el conductor de la chata que había zafado de la detención en ruta 11 y visita frecuente del narco Fabián “Calavera” Pelozo en la cárcel de Ezeiza. Ese mismo día también cayó preso por unas horas Leopoldo “Pitito” Martínez, viejo amigo de Bracamonte que meses después terminaría sospechado por el crimen del jefe de la barra.
La investigación de PROCUNAR que llegó al operativo en San Justo había empezado tiempo antes y llegó a detectar una estructura que traía cocaína desde Bolivia a campos de la región para almacenarla en galpones en Ybarlucea, una localidad que también fue noticia por el célebre triple crimen después de la denominada “boda narco” en enero de 2022. En aquella causa, como presunto instigador de la matanza, aparecía mencionado el mismo Pelozo.
Ahora Jokanovich vuelve a “Pillín” y se habla de una avioneta que a fines de octubre pasado aterrizó de emergencia en un campo entre Andino y Luis Palacios con 475 kilos de cocaína. La explicación oficial ese día fue que el Cessna había sido seguido por aviones de la Fuerza Área Argentina desde el aeródromo de Tostado. No obstante, nunca se conocieron imágenes de esa persecución estilo Top Gun. ¿Existió?
Oscar Armando Caba Hurtado, el piloto boliviano de 57 años a cargo de aquel vuelo, intentó escapar a pie por los campos después del aterrizaje. Al día siguiente iba a ser detenido por los bomberos de la zona: lo encontraron semidesnudo y escondido detrás de unos arbustos en el río Carcarañá. Según los vecinos, había estado preguntando cómo llegar a Ybarlucea.
“En Ybarlucea vivía Andrés (N. de la R: Bracamonte residía en el country Los Álamos, que fue baleado en 2024 con un mensaje amenazante hacia el entonces jefe de la barra de Central) Lo que pasó fue que en el último tiempo él ya había desembarcado en ese tema, con presencia de gente suya en sindicatos y empresas que había armado meterse en los puertos”, explica el ex agente de la SIDE.
En la investigación del fiscal Miguel Moreno contra Andrés Bracamonte por lavado de dinero, se detectaron maniobras del jefe de la barra canalla con el gremio de la UOCRA para consolidar la presencia de Vanefra, una firma que ofrecía el servicio de baños químicos en los puertos de varias empresas agroexportadoras: así habían logrado entrar a Vicentín, Molinos y Cofco, entre otras, según consta en la causa que llevó adelante el MPA.
La hipótesis del ex SIDE sobre el crimen es que en que lejos del paraavalanchas,”Pillín” cometió varios errores que lo terminaron sacando del negocio de manera brutal. “Los que lo corrieron tienen mucho poder y lo manejan inclusive desde la cárcel, en relación con actores de la política y de la polícia. A los que dispararon nunca los van a encontrar. Eran paraguayos, salieron del país ese mismo día, tenían protección”. Por la causa hay varios detenidos vinculados a la banda Los Menores, cuyo presunto líder permanece prófugo.
La charla podría seguir, pero alguien avisa que ya es tiempo de terminar la entrevista. Jovanovich se despide De acuerdo a la resolución del juez federal Carlos Vera Barros, en las próximas horas Jokanovich debería ser trasladado a una cárcel federal, donde teme encontrarse con alguno de los jugadores del mundo narco que ordenen atentar contra su vida.

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