El caso judicial de Ramián Reifenstuel, condenado por el asesinato de Ivana Garcilazo en un ataque con piedras a la salida de un clásico en Rosario, volvió al centro del debate. La defensa presentó un argumento basado en la psicosis del sentenciado, lo que generó dudas sobre el significado real del término.
Para aclarar el concepto, el psiquiatra Enrique De Rosa dialogó con Gabriel Pennise en el programa Antes de Todo de Radio Boing 97.3. El especialista explicó que, por definición, la psicosis es la pérdida de contacto con la realidad.
“Psicosis es pérdida de contacto con la realidad; es un sujeto que, a diferencia de un neurótico, no se da cuenta de aquello que pasa”, explicó De Rosa.
El psiquiatra enfatizó la diferencia entre el ámbito clínico y el forense. Detalló que existen psicosis crónicas (cuyo ejemplo más típico es la esquizofrenia) y psicosis agudas, que son ocasionadas, frecuentemente, por el consumo de sustancias o drogas.
De Rosa subrayó que, en el ámbito forense, el único punto relevante para determinar la inimputabilidad es si esa pérdida de contacto con la realidad ocurrió en el momento en que la persona cometió el ilícito.
“Hay que demostrar que esa persona tenía ese cuadro, y segundo hay que demostrar que ese cuadro estaba actuando, estaba florido, estaba presente en el momento del hecho, y tercero que fue suficiente para justificar que esa persona no comprendiera la realidad del acto”, detalló el médico, citando el artículo 34 inciso 1 del código penal.
El psiquiatra explicó que la situación más habitual de inimputabilidad es la psicosis aguda o brote psicótico ligada al consumo de drogas, donde la persona tiene una explosión de pérdida de contacto con la realidad y puede cometer actos violentos. Por ejemplo, si imagina que lo atacan monstruos y, al defenderse, hiere o mata a una persona.
Sin embargo, aclaró que un cuadro de excitación psicomotriz (estar muy acelerado) no alcanza en muchos casos para configurar la inimputabilidad.
Al ponerlo en contexto, se recordó que Damián Reifenstuel estuvo prófugo durante dos años, armó su vida en Bolivia e incluso daba clases con otro nombre. Para el psiquiatra, esta conducta (el modus operandi del delito y la fuga) tendrá que ver con demostrar si la persona estaba en contacto o no con la realidad, complicando el argumento de la defensa.
El doctor De Rosa concluyó que una persona es declarada inimputable desde el punto de vista penal, pero sigue siendo culpable del delito. Recibe una excusatoria médica y queda bajo control psiquiátrico, muchas veces en unidades carcelarias.
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