
El reciente veto a los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) es una nueva muestra del abandono que sufren los municipios por parte del gobierno central. A pesar de todo lo que aportan al país, lo que vuelve es prácticamente nada. Como expresó Pablo Javkin, intendente de Rosario, “no son capaces de cambiar una lamparita de circunvalación, pero siguen llevándose la energía que se produce acá”.
Esta lógica centralista, que concentra decisiones y recursos en el poder porteño, sigue siendo una traba para el desarrollo del interior productivo del país. Argentina necesita cambiar ese enfoque: mirar más hacia sus provincias, hacia quienes todos los días sostienen la economía con trabajo, esfuerzo y compromiso.
En palabras de Javkin: “Argentina va a salir adelante cuando se parezca más a sus provincias, a los que se levantan todos los días a trabajar de sol a sol. No sirve ni la corrupción ni el despilfarro kirchnerista, ni un superávit mentiroso sustentado en no hacer nada. Hay que hacer, trabajar, producir y darle más oportunidades a quienes todos los días ponen el lomo. Hay que escuchar más y gritar menos”.
La solución no vendrá desde los escritorios lejanos ni desde slogans vacíos, sino desde una mirada real, productiva y federal, que valore el interior del país y apueste por quienes hacen todos los días una Argentina posible.
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