
El intendente de Rosario, Pablo Javkin, se refirió a la situación judicial de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el marco del avance de las causas por corrupción que la involucran. Si bien evitó dar una opinión directa sobre una eventual condena, remarcó la necesidad de que la política no interfiera en las decisiones judiciales y cuestionó la lentitud de los procesos.
“En la aplicación de los fallos judiciales, la política debería ser respetuosa. Me parece que son instancias que han tenido el desarrollo suficiente, como para ahora, en la última instancia que es la de la Corte, esperar la intervención”, expresó.
Javkin advirtió que el principal problema radica en los tiempos de la justicia en Argentina, que permiten que las causas se dilaten durante años: “No debieran demorar tanto las causas por corrupción en la Argentina, porque pasó con el expresidente Menem, pasa ahora, cuando usted está 10, 12, 14 años, entonces el momento de la aplicación de la condena siempre queda en un contexto muy diferente al de los hechos”.
En ese sentido, destacó la necesidad de avanzar en reformas profundas: “Si hay una lección de esto, y tiene que ver con Ficha Limpia, y tiene que ver con mejorar la legislación, y tiene que ver con el proceso acusatorio, es que los niveles de corrupción tienen que tener castigo mucho más rápidamente en el tiempo”.
También hizo referencia a casos que impactaron directamente en Rosario: “Fíjense en la ciudad misma, como la aparición de causas vinculadas a estafas, a maniobras delictivas cometidas del Estado, llegan en muchos casos 10 años después, y descubrimos tramas donde incluso está involucrado, en este caso, un juzgado particular de la justicia federal. Si lo hubiéramos podido investigar y resolver antes, le hubiésemos ahorrado muchas tragedias a la ciudad de Rosario”.
Pese a la demora, sostuvo con firmeza: “No tengo ninguna duda de que los fallos judiciales deben respetarse”.
Respecto al silencio de algunos sectores políticos ante causas de corrupción: “Hay cosas que son muy difíciles de justificar. Los niveles de enriquecimiento que aparecen en esas causas, lo burdo de determinadas maniobras, son muy difíciles de defender. ¿Cuál puede ser el argumento? Por eso muchos optan por el silencio”.
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