
Después de las grandes comidas de Navidad, con mesas cargadas de carnes, dulces, alcohol y platos abundantes, no es raro que aparezcan el dolor de panza, la hinchazón y la sensación de pesadez. En ese contexto, el jengibre surge como una alternativa natural más recomendados para ayudar al cuerpo a volver al equilibrio digestivo sin recurrir de inmediato a medicamentos.
El jengibre tiene la capacidad para acelerar el tránsito intestinal y estimular las enzimas digestivas, lo que facilita que los alimentos se procesen con mayor rapidez. De esta manera, reduce la pesadez posterior a comidas abundantes y ayuda a que el estómago no quede trabajando de más durante horas.
Además, actúa directamente sobre síntomas frecuentes del post Navidad, como los gases, la hinchazón y las náuseas. Tiene efectos antiinflamatorios que alivian el malestar estomacal.
Una de sus grandes ventajas es la variedad de opciones a la hora de consumirlo. Puede tomarse en infusión o té —hirviendo jengibre fresco en agua, solo o con limón— para un alivio rápido, o incorporarse rallado o picado en comidas livianas, sopas, aderezos, o incluso masticar un pequeño trozo puede ayudar tanto a la digestión como al mal aliento tras comidas pesadas.
De todos modos, se recomienda usarlo de manera ocasional y prestar atención al cuerpo. Si las molestias persisten o son intensas, lo más adecuado es consultar con un médico.
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