
En el marco de la participación del presidente Javier Millei en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, el pasado lunes se dio a conocer que Argentina y Brasil firmaron un memorando de entendimiento para que el gas natural de Vaca Muerta pueda llegar al país vecino a través del desarrollo de la infraestructura de gasoductos. Los envíos comenzarán en 2025 con dos millones de metros cúbicos diarios, y se prevé alcanzar los 30 millones diarios de exportación en cinco años. Para entender mejor, el abogado y politólogo Juan José Carbajales, habló en Rio 96.9.
“Por un lado, hay que decir que es una excelente noticia que se inscribe en un proceso que está marcado por dos fenómenos estructurales que se vienen desarrollando en los últimos cinco años con mucha fuerza: el declive en la producción de gas de Bolivia y el aumento de la producción de gas de Vaca Muerta”, comenzó explicando. Y agregó: “Esto afecta en partes iguales a Brasil,
que es un consumidor de gas natural, y que ahora está tratando de cambiar de cliente”. Es decir que, según explica Carbajales, en lugar de comprarle gas a Brasil, le va a comprar gas a Argentina.
En este acuerdo, el abogado marca que hay tres aspectos: “Por un lado, uno geopolítico que tiene que ver con que se está firmando entre dos países un convenio para trabajar en conjunto. Sobre todo en un momento donde nuestro presidente decía que no iba a celebrar acuerdos país-país, que iba a dejar eso librado a la iniciativa privada”, comenzó. “El segundo dato relevante es el precio. Cuando uno ve los términos de este acuerdo, se dice que el precio en Argentina del gas natural, de la molécula de gas natural, va a valer dos dólares por millón de BTU. Eso, por un lado, es una buena noticia porque revela que Argentina puede ser muy competitiva en la producción de gas, pero, por el otro lado, pone un desafío en el mercado interno donde el gas se está vendiendo más caro y se va a vender así porque hay contratos por cuatro años más por tres dólares y medio esa molécula”, agregó.
Y por último, cerró explicando: “Y el tercer elemento tiene que ver con una cuestión más estructural. Y consiste en que ese gas Brasil lo va a destinar a su red industrial de San Pablo en el marco de una política pública que lanzó el gobierno de Lula de reindustrializar el país a través de petroquímica y de otras producciones industriales”.
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