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Policiales

Juicio por el crimen en el City Center: los detalles del homicidio y las otras extorsiones de Los Monos

Uno de los mensajes con extorsiones de Los Monos y el cuaderno con los montos que se cobraban por cada una.

Este viernes en el Centro de Justicia Penal se conocieron los alegatos de clausura de los fiscales Matías Edery y Luis Shiappa Pietra en el juicio por el crimen en el casino de Rosario. El atentado ocurrió en 2020 y le costó la vida a Enrique Ensino, un apostador que de manera fortuita fue alcanzado por una de las balas cuando salía a fumar al balcón del City Center.

Para la acusación, aquel no fue un hecho aislado sino que formaba parte de una trama de extorsiones que ya venía llevando adelante la banda Los Monos contra empresarios locales, con varios imputados como responsables: Maximiliano “Cachete” Díaz, que reclutaba tiradores y se encargaba del cobro a las víctimas; Otniel Almonte, sicario de nacionalidad dominicana que disparó contra el City Center; “Guille” Cantero y su ladero “Toro” Escobar, presos ambos en una cárcel federal por hechos previos, acusados uno como instigador y otro como partícipe primario en el crimen del casino. Para todos, después de proyectar audios y videos como evidencia, la Fiscalía reiteró ante el Tribunal su pedido de fuertes penas.

Cabe recordar que el hecho del City Center reveló también una oscura trama que vinculaba a Los Monos con actores de la vida institucional santafesina. Es que a raíz de esta investigación, en la que los fiscales empezaron buscando quién había disparado contra el casino, se abrió una causa paralela que terminó con la caída de dos fiscales del MPA y el pedido para imputar a un senador provincial, el sanlorencino Armando Traferri, que hasta ahora no avanzó porque el legislador se amparó en sus fueros. De estos temas también se habló en el juicio, que comenzó el 3 de agosto pasado. Sin embargo, los hechos de corrupción serán juzgados el año próximo.

Penas altas y Cantero atento a la audiencia

“Ensino estaba totalmente ajeno a la actividad de las bandas criminales. Había llegado al casino para tener  rato de esparcimiento”, planteó Edery ante el Tribunal, compuesto por Rodrigo Santana, Aldo Benítez y Gonzalo Fernández Bussy, que en 2018 había sido fiscal en el juicio a Los Monos. El contador del Banco Nación de Las Parejas que murió aquella noche cuando Almonte disparó contra el balcón, había llegado al casino con su mujer. En el video que se proyectó en las audiencias, se lo ve salir a fumar y cuarenta segundos después caer herido.

Como dato adicional, puede decirse también que Otniel Almonte, que ese enero de 2020 concretó el atentado en el City Center desde una moto, había matado en julio de 2019 a un “narcopolicía” que vendía droga para Los Monos. Aquel asesinato había sido dentro del auto de la propia víctima, de nombre Cristian Ibarra, con seis disparos. A ese hecho lo investigó el fiscal Gastón Avila y el dominicano fue imputado un año después del crimen, cuando ya había caído preso por otro, por el del casino.

“Es relevante este crimen y la condena no puede ser por los mínimos previstos. Estamos hablando de personas vinculadas a muchos hechos delictivos. Una de las víctimas de las extorsiones que se ventilaron en este juicio, se tuvo que ir a vivir a Uruguay. Son penas altas, pero creemos que es lo que corresponde”, dijo también Edery en el cierre del alegato que hicieron con su colega Schiappa Pietra y duró más de tres horas.

Cuando terminaron de hablar los fiscales y ya finalizaba la audiencia, pidió la palabra “Guille” Cantero, que había escuchado completa la alocución de los hombres del MPA y la había visto por Zoom. De buen modo, solicitó permiso para retirarse, algo que en rigor ya no hacía falta porque se estaba pasando a cuarto intermedio hasta el martes, cuando alegarán las defensas. Durante las tres semanas que lleva el juicio, el líder de Los Monos siempre estuvo delante de la cámara en la cárcel en la que está alojado y mostró interés por el debate. No así su socio, Damián “Toro” Escobar, que en la primera audiencia se quejó y dijo que “la condena ya estaba escrita” de antemano y no participó de los debates.

Si bien el principal hecho que llegó al juicio fue el homicidio de Ensino, durante el juicio se conoció la forma en la que el dueño de una financiera y los titulares de un bar céntrico eran extorsionados por Los Monos, en los meses previos al atentado. En total, fueron cinco las extorsiones confirmadas. Además, según la evidencia que reunió Fiscalía, esa noche del 11 de enero de 2020 se buscaba hacer lo mismo con el City Center. Los que organizaban y cobraban esos aprietes eran Maximiliano “Cachete” Díaz y su novia, Flavia Broin.

Al dueño de la financiera, por ejemplo, le exigían cinco mil dólares por mes. Ante la negativa de poner el dinero, le ofrecían bajar el costo de la protección a tres mil billetes de la misma moneda norteamericana. “Hoy en Rosario casi todos tenemos un conocido, amigo, pariente o vecino que ha sido extorsionado. Y en el momento en el que se dio este crimen del Casino, si bien había extorsiones, todavía no se conocían mucho públicamente, ni estaban tan extendidas. Se hacen al formato de la mafia siciliana, “te cobro para protegerte de mí”. Y eso es, señores jueces, lo que ustedes pudieron ver con la evidencia aquí presentada”, planteó el fiscal Edery en la sala 10 del CJP, durante su alegato.

La sangre de Ensino en el balcón del City Center. Foto tomada minutos después del atentado.

El teléfono destruido y los cuadernos

En el repaso de la prueba que se reunió en la investigación para llegar al juicio, Edery explicó que para la fecha del atentado en el City Center, el fiscal Miguel Moreno ya tenía en el radar a Maximiliano Díaz por la sospecha de que había participado de un homicidio previo. “El Organismo de Investigaciones del MPA tenía intervenido el teléfono de ‘Cachete’, con autorización judicial. Y ellos fueron los que alertaron de escuchas en las que se hablaba de algo que iba a pasar en el casino”, reveló.

Aquel dato permitió llegar rápidamente a la detención de ‘Cachete’, apenas dos días después del crimen de Ensino. “Para buscar a Díaz, van dos policías de civil que lo esperan cerca de su casa ese 13 de enero”, recordó Edery. El integrante de Los Monos que organizaba las extorsiones vivía en Mitre y Pellegrini, pleno centro de Rosario. Y cuando cayó junto a su novia, sucedió un hecho que sería clave para el desarrollo de la causa y también -en algún punto- para la vida institucional de la provincia.

Así relató el fiscal en su alegato lo que pasó durante la detención de Maximiliano Díaz: “Él estaba con su mujer y los dos hijos de su pareja, Flavia Broin. Como los agentes de civil que lo agarraron son hombres, tienen que esperar que llegue una mujer policía a la escena, para hacerle la requisa a ella. Eso se demora veinte minutos y es en ese momento que Broin rompe y tira el teléfono de su novio. Al otro día, un vecino de identidad reservada trae a Fiscalía el teléfono porque había visto en el noticiero que habían detenido cerca de su casa ‘a alguien de Los Monos’. Y entrega el aparato, destruido, por si podía servir para algo. El celular tenía la pantalla quebrada por la mitad. Costó recuperar la información, pero fue muy importante”.

Allí, por ejemplo, figuraba el pedido de información que le había hecho “Cachete” a Nelson Ugolini, un empleado del MPA, por la detención de dos tiratiros de la banda esa misma semana. También había chats sobre las extorsiones, diálogos suyos con Cantero y también quedó a la vista su vínculo con un empresario del juego ilegal, Leonardo Peiti, que había empezado siendo víctima de Los Monos y terminaría jugando como negociador de ellos ante otros actores. Y aquel teléfono tirado en Mitre al 1700 había sido la punta del ovillo

Es decir que todo salió al revés para la novia de Díaz. El propio Edery contó que Flavia Broin había mandado a su mamá después de la detención de ambos, había dicho: “Que agradezca que le rompí el celu, si no estaba hasta las manos”. En ese momento, la joven no sabía que alguien había encontrado ese teléfono que ella había roto.   

Sobre el vínculo entre Díaz y el líder de Los Monos, en una de las audiencias esta semana Cantero pidió la palabra y habló durante casi 15 minutos. Respondió algunas preguntas de quien ejerce en este juicio como defensor suyo, desestimó tener una banda y dijo: “No necesitamos mandar a matar ni a cobrar”. Además negó haberle dado órdenes a “Cachete”, de quien admitió que es amigo desde la infancia y que para él es casi como un primo. Cabe recordar que Díaz, de acuerdo a la evidencia presentada, extorsionaba a nombre de Los Monos. Y siempre nombraba “al de anteojitos” cuando exigía más dinero que el acordado con sus víctimas.

Entre la evidencia presentada, también se pudo ver la hoja de un cuaderno que fue encontrado al allanar en la causa. En el listado de personas a las que había que cobrarle, aparece “Montevideo” en referencia al bar de San Martín y Montevideo al que le cobraban 15 mil pesos mensuales. También “Cueva” está en el listado. Se supo en el juicio que quien era extorsionado era Pablo F., que tenía una financiera no habilitada como tal en la zona de la city rosarina, en Paraguay al 700.

En uno de los audios ventilados durante el juicio, “Cachete” Díaz hablaba con Leonardo Peiti, dueño de garitos clandestinos, que jugó el rol de intermediario con el financista. Y allí el integrante de Los Monos le decía que pusiera más plata en dólares, porque sabía que movía “plata en negro del campo”, entre otras cosas.

La detención de Cachete Díaz, en Mitre al 1700.

El homicidio

Luego de un cuarto intermedio al mediodía, Schiappa Pietra mostró imágenes y croquis de la zona del casino en el que fue atacado Encino. También se proyectaron videos de las cámaras de seguridad de la noche del crimen. Y durante varios minutos explicó la teoría de Fiscalía respecto del encuadre del caso: “Para nosotros nunca hubo dudas de que fue un homicidio. Desde donde estaba parado quien disparó, se podía ver que había gente en el balcón”, dijo. 

El atacante -está dicho- era un tiratiros de Los Monos de nacionalidad dominicana. Que llegó en moto por calle Moreno, en dirección sur norte, frenó su marcha y disparó cuatro veces contra el balcón de fumadores del City Center. “Si uno quiere intimidar disparando contra un lugar en el que hay miles de personas, eso se llama dolo”, argumentó Schiappa Pietra. 

El hecho ocurrió un 11 de enero, tres días después de que se frustrara un plan previo que hubiera sido todavía más escandaloso, ya que la idea era incendiar dos autos dentro del estacionamiento subterráneo del casino. Ese atentado se frustró también por algo casual: los encargados de ejecutarlo fueron parados por la Gendarmería para un control de rutina y quedaron detenidos porque el auto tenía la patente cambiada. En ese contexto, para los fiscales es que surgió el “plan B”, de disparar desde la moto a los balcones de fumadores. 

Por ese operativo en el que cayeron dos tiratiros de Los Monos fue que surgieron las llamadas a Nelson Ugolini, un empleado que trabajaba con el fiscal Gustavo Ponce Asahad y se metió al sistema del MPA para saber la situación de los detenidos. Con ese dato inicial, luego Schiappa Pietra y Edery llegarían a la trama que involucró al entonces jefe de los fiscales en Rosario, Patricio Serjal y el senador Armando Traferri.

Durante el juicio, Ponce Asahad declaró como testigo. Contó que a Ugolini -el empleado del MPA que filtraba datos a Los Monos– se lo había puesto como empleado quien entonces era el jefe de todos los fiscales de Rosario: Patricio Serjal.

Ponce Asahad explicó también, bajo juramento y en sede judicial, cómo nació su vinculación con el capitalista de juego ilegal Leonardo Peiti, de quien cobró coimas al igual que su jefe Serjal: “Yo llego a Peiti a través de Traferri, que va a calle Montevideo, al palacio viejo del MPA. Éramos varios los fiscales ahí cuando va el senador. Estaban Urriticochea, Caterina, Ríos Artacho, entre otros. Habrán sido las 11 de la mañana. Yo llego y lo veo, nunca habíamos hablado, no lo conocía personalmente. Ahí mismo me dice Traferri en la planta baja del edificio que Serjal le había dicho que yo iba a ser su interlocutor. Me pide el número de teléfono y me hace una llamada perdida”. La cita textual es de la declaración del ex fiscal en la misma sala 10 del Centro de Justicia Penal en la que se desarrolla el juicio.

Volviendo al alegato de este viernes 18, ya cerca de las dos de la tarde fue el turno final para Edery, que mostró en un archivo Prezi una imagen con el cruce de llamadas en los días previos y posteriores al crimen. Inclusive allí se pudo ver y escuchar que pasó en la frenética noche del atentado. A la una de la mañana, un rato antes de los disparos en el casino, había mensajes entre Cantero y Díaz, en los que se confirmaba que se llevaría a cabo el plan. “Fijate si le podés sacar algo piola”, decía el líder de Los Monos. La idea, según explicó el fiscal, era extorsionar al casino tal como venían haciendo con otros empresarios.

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