
A más de un mes de la muerte del reconocido entrenador Miguel Ángel Russo, quien pasó sus últimos días como DT de Boca Juniors, el mundo del fútbol argentino sigue conmovido. Uno de los homenajes más emotivos ocurrió el pasado domingo 18, en el marco del duelo entre el Xeneize y Belgrano, cuando una camiseta con su nombre voló al cielo de La Bombonera junto con globos azules y amarillos.
Pasaron 24 días de aquella emotiva tarde cuando una sorprendente noticia se hizo viral en las redes. Pepe Temperan, periodista y relator uruguayo, mostró dónde apareció la casaca que llevaba la leyenda “1956 – infinito” en el espacio donde van los números. El periodista escribió en su cuenta de X que la remera cayó en tierras de Cañada Nieto, Soriano, Uruguay.
Un joven productor rural de Soriano, mientras trabajaba en el campo, encontró la camiseta, según reveló Temperan en una segunda publicación, donde se veía la prenda colgada en la puerta de un tractor. El lugar donde apareció la casaca se ubica en la Ruta 96, a unos 179 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. El poblado de Cañada Nieto tiene una población de solo 421 personas.
El joven uruguayo que encontró la camiseta analiza el futuro de la prenda. Dijo saber el valor sentimental que tiene y mencionó que una de las opciones que maneja es que vuelva a Boca y llevársela directamente a Edinson Cavani.
El homenaje en La Bombonera fue multitudinario. El capitán del equipo, Leandro Paredes, junto a Claudio Úbeda, llevó la camiseta con el nombre de Russo al círculo central, la ató a los globos y la soltó. La prenda ascendió hacia el cielo mientras el estadio coreaba “Miguelo, Miguelo”. El acto simbólico se convirtió en una de las imágenes más recordadas del tributo.
Previamente, el club proyectó un video repasando los momentos más significativos de Russo, el último técnico campeón de la Copa Libertadores con Boca en 2007. La hinchada respondió con un aplauso sostenido y cánticos que acompañaron las imágenes, que concluyeron con la frase: “Amor con amor se paga”.
El tributo también incluyó el micro que trasladó al plantel, que lució un ploteo especial con su imagen y una de sus frases emblemáticas: “A Boca nunca se le puede decir que no”. En el pecho de la camiseta utilizada en el partido, el club incorporó la imagen de Russo levantando la Copa Libertadores de América de 2007.
Dos días antes del partido ante Belgrano, se llevó a cabo una ceremonia íntima que cumplió uno de los últimos deseos de Russo: esparcir sus cenizas en las canchas de los clubes con los que más se identificó. Parte de sus restos descansan ahora en La Bombonera, así como también en el Gigante de Arroyito (Rosario Central), la Fortaleza (Lanús) y Uno (Estudiantes de La Plata).
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