
Todo Pasa turno tarde dejó uno de esos momentos en los que la charla entre humor, confesiones y análisis termina aportando una mirada profunda sobre temas que atraviesan a todos. Invitado al estudio, el psicólogo Lucas Raspall se metió en dos ejes que generaron debate: la terapia de pareja y el rol de la memoria en la vida afectiva.
Terapia de pareja: para qué sirve y cuándo ayuda
Raspall explicó que el trabajo de un terapeuta en pareja no es tomar partido, sino facilitar una comunicación que la pareja no está pudiendo sostener sola. “Un profesional no se mete en la pareja: ayuda a expresar lo que no se pudo decir puertas adentro”, señaló.
Uno de los disparadores fue la consulta de los oyentes sobre si la terapia puede sostenerse aun cuando los conflictos parecen resueltos. Para Raspall, sí es posible, aunque no es lo habitual: “Así como alguien empieza terapia individual por un motivo puntual y luego continúa, puede pasar en pareja. Si la relación es importante, ¿por qué no pedir ayuda para ver lo que ustedes dos no ven?”.
También habló sobre las situaciones incómodas que suelen aparecer en sesión, sobre todo cuando surge la pregunta que nadie se anima a hacer en casa: “Si hubieran podido tener esa conversación incómoda, no habrían necesitado llegar a terapia”.
El debate derivó en uno de los puntos más comentados: la idea de la “voluntad” dentro de la relación, desde la intimidad hasta las tareas cotidianas. Entre risas y discusiones dentro del estudio, Raspall marcó que cada integrante puede sentir que pone más esfuerzo que el otro, y que muchas veces el verdadero conflicto está en otro lugar: “Lo que uno cree que es el problema, muchas veces no es el problema real de la pareja”.
El valor de recordar para poder olvidar
Sobre el final, Raspall se metió en una frase que quedó resonando: “Una buena forma de olvidar es recordar mucho”.
El psicólogo explicó que lo que no se habla, no desaparece. Por el contrario, permanece activo internamente. En cambio, cuando un recuerdo se trabaja, se trae al presente y se comprende, puede soltar su carga emocional. “La única manera de trascender un recuerdo, de que deje de estar todo el día en la cabeza, es ponerlo arriba de la mesa. Recordarlo mucho”.
A través de ejemplos cotidianos, Raspall profundizó en cómo funciona la memoria emocional: el hipocampo –encargado de fijar recuerdos– está “pegado”, explicó, a la amígdala, que registra las emociones. Por eso recordamos aquello que nos moviliza.
Incluso aportó una mirada tranquilizadora sobre el temor frecuente de no recordar momentos de la infancia: “No todos tenemos el mismo registro. El archivo está: lo que a veces falla es la capacidad de evocarlo. Una foto o una imagen pueden dispararlo”.
Una charla que mezcló humor, confesiones y psicología
Entre bromas, cruces y exageraciones típicas de la mesa de Todo Pasa, la conversación dejó puntos centrales:
La importancia de pedir ayuda cuando la comunicación no fluye, la incomodidad necesaria para resolver ciertos conflictos, y el poder del recuerdo como herramienta emocional.
Una tarde que combinó risas, discusiones y conceptos para pensar en profundidad las relaciones y la manera en que recordamos nuestra propia vida.
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